Seguramente habrás oído varias veces que Dios nunca te dará una carga más grande que la que puedas soportar. Suena muy lindo y es esperanzador para muchos. El problema es que no es bíblico.
¿Qué es lo que dice la Biblia sobre el tema? En 1 Corintios 10:12-13 Pablo está advirtiendo a la iglesia en contra de caer en el pecado y entonces les escribe: “Por lo tanto, si alguien piensa que está firme, tenga cuidado de no caer. Ustedes no han sufrido ninguna tentación que no sea común al género humano. Pero Dios es fiel, y no permitirá que ustedes sean tentados más allá de lo que puedan aguantar. Más bien, cuando llegue la tentación, él les dará también una salida a fin de que puedan resistir”.
Aquí el apóstol está hablando sobre las tentaciones al pecado y dice que Dios es fiel para darnos la salida, la fortaleza para poder resistir. Gloria a Dios que tenemos esa seguridad. Pero en cuanto a las cargas, los problemas de la vida, las dificultades en este mundo, la realidad que tenemos que aceptar es que todo el tiempo tendremos que enfrentarnos a pruebas que no podemos soportar.
Decir que podremos sobrellevar cualquier carga, sino Dios no nos la hubiera confiado, es falso y tiene sus raíces en la Nueva Era. Sí, seguramente también habrás oído que “todo lo que necesitas está dentro de ti” o “ya tienes el poder para superar cualquier cosa”. Si esto fuera así, no diría el mismo Pablo en Gálatas 6:2: “Ayúdense unos a otros a llevar sus cargas, y así cumplirán la ley de Cristo”. No podemos solos.
Abraham fue probado por Dios más allá de lo que podía soportar, tanto que en su corazón llegó a crucificar al hijo de la promesa. Job fue probado de tal manera que maldijo el día en que nació. El gran guerrero y mata-gigantes David volcó toda su angustia ante la persecución sufrida en los salmos que escribió. Un ejemplo del Salmo 38 basta: “Me siento débil, completamente deshecho; mi corazón gime angustiado” (v. 8). “Estoy por desfallecer; el dolor no me deja un solo instante” (v. 17). Jesús mismo necesitó la ayuda de los ángeles en su momento de mayor angustia en el Jardín de Getsemaní. Lucas 22:43 dice: “Entonces se le apareció un ángel del cielo para fortalecerlo”.
Haremos bien en aceptar que Dios todo el tiempo nos da pruebas más difíciles que las que podemos soportar… para que aprendamos a soltar nuestras cargas y a depender de Él.
El mismo Jesús, varón experimentado en quebranto, dijo en Mateo 11:28-30: “Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su alma. Porque mi yugo es suave y mi carga es liviana”.
Deja que Jesús lleve tus cargas y halla descanso en Él.
“Señor Jesús, hoy reconozco que he estado tratando de llevar una carga que no me pertenece. Te entrego todo lo que me preocupa y toda prueba que tenga que afrontar. Sé que no estoy solo en esto y acepto la ayuda en la manera en la que desees enviarla. Descanso en Ti”.