Todo lo que he leído en las redes, los titulares de noticieros, programas magazine, periodistas, etc., coinciden en que “Will Smith agredió a Chris”, “El momento bochornoso de los Oscars”, “Will acaba de arruinar su carrera”, o, mejor éste: “¿Debería la academia quitarle el Oscar a Will?”
Es curioso, pero ningún titular dice, o menciona: “Chris Rock ofendió y maltrató a Jada Smith burlándose de la enfermedad de alopecia”. O un titular sobre la burla en público de un hombre a una mujer, frente a millones de personas en vivo. ¡No! Estos títulos no venden o ganan seguidores.
Lo que millones de personas vimos anoche en vivo fue un acto de violencia que, según las ramas o áreas que de ésta existen, cabe como violencia verbal, violencia estética y/o violencia psicológica. Vimos a un presentador famoso (libreteado o no, pagado o no) agrediendo en forma de burla a una mujer que públicamente ha manifestado su lucha contra una enfermedad que padece y que afecta su estima, sus emociones, su presencia física y por ende su familia. No es una enfermedad mortal, quizás para algunos no es algo del otro mundo, como escuché esta mañana a un locutor en Colombia decir que no merecía el puño porque no es una enfermedad mortal (¿de verdad, dónde está la humanidad algunas veces?).
El problema somos todos, el problema es que no vemos la verdadera raíz de todo esto, el problema es que normalizamos la burla y como no vemos la sangre en Jada (la victima real de todo esto) no consideramos como tal la magnitud de lo sucedido.
No justifico la violencia, no justifico el acto desesperado de un hombre a quien le acaban de maltratar su esposa y ha sido víctima de burlas y agresiones por parte de la misma persona en el pasado. Pero el mensaje aquí es el comportamiento de todos como sociedad, que con autoridad salimos a criticar, juzgar y decir que debió o no hacerlo. Ninguno ha salido a decir “¿hasta cuándo la violencia psicológica verbal será escondida y normalizada?” La burla despectiva hacia un ser humano maltrata, hiere, daña, hace sangrar por dentro y puede afectar la vida gravemente.
Lo que yo vi fue que un acto de burla, de violencia que generó otro acto de violencia.
Lo que yo vi fue a un hombre pidiendo desesperadamente perdón en público por un acto que claramente no era habitual en él; vi un hombre que no le importó su ego y pidió perdón y habló de no callar frente a estos actos. Vi a un hombre descompuesto por defender a su familia.
Lo que no vi fue al presentador disculpándose con las víctimas y el público.
Lo que no vi fue que todos hablaran de la agresión verbal y de la burla.
Lo que no vi fue las activistas y grupos de mujeres defendiendo a Jada.
Lo que no vi fue a los periodistas y medios de televisión preguntado sobre el estado emocional de una mujer que fue agredida y burlada por su aspecto físico.
Cómo sociedad siempre damos crédito al verdugo y no a las víctimas reales. Hablamos del machismo, pero callamos y aprobamos con el silencio estos actos.
La burla hacia otro en cualquier forma de expresión es agresión. Es maltrato, daña, afecta, merma tu autoestima, te baja, hacerlo en televisión frente a millones de personas y esperar que la persona víctima de la burla sólo se quede ahí sonriendo es un acto miserable.
Ser espectador y luego avalar estos actos nos hace ver lo bajo que como sociedad seguimos estando. Como dijo Lucy Cosme hoy: “De lo que no me cabe la menor duda es que este hecho acaba de poner de moda la violencia justificada, veremos más cachetadas a primera risa, y más violencia de este tipo en bares, teatros, calles y reuniones… ¡Esta cachetada ya está patentizada! ¡Tristemente!”
Ojalá cambiemos nosotros para que la sociedad cambie, ojalá podamos ver los actos de violencia ocultos y normalizados por años como lo que son: violencia. Así salvaremos y ayudaremos a muchas personas víctimas de violencia psicológica y verbal que cuando llegan a denunciar sólo encuentran una autoridad, juez, policía o inspector que se ríe preguntándoles ¿qué hizo para provocar al hombre que la agredió? O el comentario de que si no hay sangre no cuenta como violencia. “Mejor, vuelva a su casa”.
Si eres victima de violencia verbal, psicológica, emocional, estética, clínica, económica, debes saber que es violencia y cuenta. Denuncia, acude a familia, amigos y habla tu situación. Este tipo de agresiones tarde o temprano se vuelven físicas. No esperemos a llegar ahí.
Termino de escribir este artículo y sigo viendo los titulares, con la fe de encontrar algunos textos más humanos y menos frívolos. ¿Dónde están los que preguntan cómo se siente hoy la familia Smith?
Un mensaje final: ¡la mejor manera de condenar y frenar la violencia no es desquitándote, es desarmándola! (Lucy Cosme)