“No te contamines al recurrir a los médiums o a los que consultan con los espíritus de los muertos. Yo soy el Señor tu Dios” (Levítico 19:31).
“Pero el camino de los perversos es como la más densa oscuridad; ni siquiera saben con qué tropiezan” (Proverbios 4:19).
Una preocupación significativa es el aumento considerable del ocultismo, la brujería y el satanismo en nuestra sociedad. Si prestas un poco de atención, puedes verlo en todas partes: en películas, en programas de televisión, en muchas de las canciones de nuestra cultura pop. La obra del diablo y sus demonios toma muchas formas y tiene muchos nombres. Abarca desde adoradores de Satanás hasta aquellos que experimentan con la parapsicología y leen horóscopos. En ciertas regiones ya es como una tradición la consulta o práctica de ciertas formas de ocultismo.
¿Por qué la gente recurre al ocultismo? Algunas personas tienen hambre de lo sobrenatural. Ignorantes del Evangelio y desconocidos de Cristo, estas personas buscan una conexión sobrenatural en el mundo oculto. Otros buscan poder. No les importa de dónde lo obtienen, simplemente quieren tanto como puedan. Otros, simplemente juegan con lo oculto. Les sirve como una diversión entretenida, sin darse cuenta de su peligrosidad para ellos es un juego al que jugar. A medida que el ocultismo gana cada vez más popularidad, muchos incursionan en él por curiosidad.
Dios nos creó como seres espirituales para un reino más allá de este mundo. Por esta razón, la gente tiene hambre de cosas espirituales. Pero muchos no entienden que sus necesidades espirituales sólo pueden satisfacerse en Cristo. Entonces se vuelven hacia el lado oscuro. Lo oculto se convierte en una forma ilegítima de satisfacer una necesidad legítima.
Todo esto suena muy oscuro y deprimente, pero como cristianos podemos tener esperanza y compartirla con los demás. Jesús vino a este mundo para derrotar a Satanás y destruir sus obras. Con Su muerte, Cristo logró esto de una vez por todas y liberó a los prisioneros.
Necesitamos compartir la Buena Nueva de Cristo, quien es el único que verdaderamente puede satisfacer los anhelos de lo sobrenatural. Una muy buena recomendación: en lugar de escuchar a las estrellas siguiendo nuestro horóscopo, deberíamos escuchar a Aquel que hizo las estrellas leyendo la Santa Biblia.
¿Has permitido que lo oculto se apodere de ti? Si es así, no es necesario que te sientas poseído por ello. Confiesa tu participación a Jesucristo y arrepiéntete de ello. Reconoce a Cristo como tu Señor, Salvador y Libertador. Al hacerlo, Cristo te perdonará y limpiará de todo pecado. Y ya sea que hayas experimentado lo oculto o no, ora hoy para que Dios rompa el control que el ocultismo tiene sobre nuestras naciones, libere a las personas de Satanás y las atraiga a Cristo para experimentar el poder sobrenatural más potente: el poder del Evangelio.
Mientras estemos en este mundo, estas influencias seguirán con nosotros. Se presentarán de forma muy atractiva. Pero no necesitamos ceder a sus propuestas. Lo mejor es recordar la promesa bíblica: “Así que humíllense delante de Dios. Resistan al diablo, y él huirá de ustedes” (Santiago 4:7).
“Así que, si el Hijo los hace libres, ustedes son verdaderamente libres” (Juan 8:36).