Todos saben que cuando tenemos cierto problema de salud relacionado a nuestra alimentación, es necesario cambiarlo para que podamos vivir mejor y de manera saludable. Sucede algo similar en la vida cristiana.
Vivimos en un mundo que siempre nos tienta con una mala alimentación, pero a nosotros, los cristianos e hijos, Dios nos enseñó a alimentarnos de una manera totalmente diferente, evitar ciertos alimentos y comer ciertas comidas todos los días.
Pero, hay veces que no tenemos ganas de comer la comida que Dios nos manda a comer y consumimos la otra comida, la cual es más atractiva. Haciendo esto, nos debilitamos y nos damos cuenta lo que realmente necesitamos.
Con esto, quiero explicar la importancia de pasar tiempo con Dios todos los días, aunque sea un versículo, una oración o una canción, es importante pasar tiempo con Él, alimentarnos con Su comida, porque sin ella no podemos tener una relación con el Padre.
No dejes que la comida del mundo te contamine poco a poco, disfruta de su palabra y amor, porque Dios es la única medicina que nos puede curar de cualquier mal. Nunca dejes de buscar a Papá, Jesús mismo lo dijo: “yo soy el pan de vida” (Juan 6:35).
“Señor, que jamás dejemos de alimentarnos de tu presencia día a día. Que no nos dejemos contaminar por el régimen que propone el mundo, sino que tu dieta sana sea la que nos sustente en nuestro diario vivir”.