Ciertamente hay mucha riqueza en este salmo escrito por David, uno de mis preferidos compositores. Pero me llamó la atención esta parte del versículo que dice: “Unges mi cabeza con aceite”.
Recordemos que David era un pastor de ovejas, ellas a menudo quedaban atrapadas en los arbustos y a veces morían tratando de salir porque entraba la mosca y atormentaban a las ovejas poniendo huevos en sus fosas nasales que luego se convertían en gusanos, los cuales hacían que las ovejas se golpeen la cabeza contra las rocas, y a veces mueran. Sus oídos y ojos también son muy sensibles al abuso de los insectos. Luego lo que el pastor hacía era ungir con aceite toda la cabeza de la oveja. Y así el rebaño estaba en paz y libre de las moscas. Este aceite forma una barrera protectora contra el mal que intenta destruirlos.
¿Tienes momentos de confusión mental? ¿Los pensamientos ansiosos invaden tu mente una y otra vez? ¿Te golpeas la cabeza contra la pared para detenerlos? ¿Alguna vez le has pedido a Dios que unja tu cabeza con aceite? ¡Tiene un suministro infinito! Su aceite protege y te permite volver tu corazón, mente y ojos hacia Él… ¡hoy y siempre!
“Querido Dios, unge mi cabeza con aceite, que ningún pensamiento me aleje de creer en tus promesas que son fieles y verdaderas. Protege mi corazón, trae paz y consuelo y permite que hoy rebose mi copa de tus bendiciones”.