VIERNES SANTO
¡Viernes de Pascua! El común de las personas está contento, porque sin entender el significado tenemos un finde semana XXL; pero los que conocemos a Jesús, estos días tienen un significado muy importante y trascendental; nos encontramos casi transitando la resurrección de aquel que murió por ti y por mí.
Me es inevitable pensar en todos estos años de conocerle al Señor. Pero aún me es maravilloso sentir lo mismo que el primer día que le acepté en mi corazón y que luego entendí el sacrificio que el hizo por mí. ¡Wow! Sacrificio, que según el diccionario nos habla de renunciar a algo valioso. Este sacrificio no se compara con ninguno de los sacrificios que tú y yo hayamos hecho alguna vez.
Al escribir este devocional viene a mí la oración: “La calma que antecede al huracán”, porque realizo una comparación (incomparable) de lo que habrán sido las horas previas, aquello que conocemos; pero puntualmente lo que no hemos leído en la palabra y en ningún libro de los momentos previos a la crucifixión. Solo debo decirte que estábamos ante el huracán más grande del mundo. Estábamos a punto de ser salvados por Jesús. Se me estremece el alma de tan solo pensar lo inmerecedora que soy de tan gran acto.
Leyendo el versículo de Marcos, esa oración, “que no sea lo que yo quiero; sino lo que tú quieres”. ¡Qué difícil es decir, lo que tú quieres! “Oye, Señor: Lo que tú quieres”.
En este Viernes Santo más que nunca me siento con el anhelo de decir: Lo que tú quieres. La pregunta sería: ¿estoy dispuesto a entregar realmente mi corazón a que Jesús haga lo que quiera conmigo?
Leíste bien, estamos en la calma que antecede al huracán. Tú mejor que nadie sabrás cuál es tu huracán; pero también sabemos quién está esperándonos con los brazos abiertos para atravesar el mismo.
A ver, no es fácil; pero el mismo Jesús, que dio su vida por ti y por mí, le dijo a su Padre: “¡Como tú quieras! ¡Que sea como tú quieras!”
Tómate este día para reflexionar, para tener un tiempo de intimidad con Jesús. En breve vamos a decir: “Es domingo y Él ha resucitado”.
“Solo puedo decir: Jesús, ¡que sea como tú quieras!”