Todos amamos los tesoros. Todos atesoramos cosas, objetos, memorias y le asignamos un determinado valor a todo lo que creemos que vale la pena. Estas son asignaciones subjetivas, porque la invaluable foto que guardamos celosamente en nuestro baúl de los recuerdos va a carecer de valor para cualquier otra persona.
Es nuestra responsabilidad asignarle el valor correcto a cada cosa, a cada persona, a cada fotografía, a cada recuerdo. Debemos establecer una escala de valores coherente y es Dios mismo quien pone en nuestras manos tan importante decisión.
Dice la Palabra de Dios en Mateo 6:21: “Pues donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón”. Es por esta razón que debemos asignarles valor a las cosas correctas y tener una escala de valores coherente, porque es allí donde se terminará posando nuestro corazón.
Si le asignamos valor a las cosas que se corrompen, pasajeras y sin sentido, allí va a estar nuestro corazón, es por esto que sabiamente tenemos que hacer que nuestro tesoro sean las cosas eternas, celestiales y duraderas (Mateo 6:19-20).
Esto no significa que tengamos que quemar nuestras fotografías o donar los objetos que nuestras memorias custodian celosamente, sino que debemos estar alertas de no descuidar nuestra salvación, amar la justicia de Dios (Mateo 6:33), poner por obra sus mandamientos, en definitiva, que todo lo que viene de Dios sea el centro en nuestras vidas.
Nuestros sentimientos y emociones deben estar resguardados. Nuestro corazón, nuestra alma, nuestra mente y aun nuestras fuerzas deben tener un compromiso de amor total con Dios (Marcos 12:30). David escribió en el Salmo 119:11 lo siguiente: “He atesorado tu palabra en mi corazón, para no pecar contra ti”. En su orden de prioridades aquel Rey estableció la Palabra de Dios como su tesoro, le dio un lugar primordial en su corazón.
Así debemos hacer nosotros, asignar valor a las cosas de Dios como una prioridad, establecer las cosas de arriba (Colosenses 3:2) como nuestro gran tesoro.
“Señor, en mi corazón propongo darle el valor que corresponde a aquellas cosas que provienen de Ti. Tú eres mi prioridad, tú eres mi tesoro”.