Hace 2 años me encontraba con fuertes dolores. Tenía una hernia en la quinta vértebra y había
elegido el médico. Tenía el prequirúrgico hecho, sólo faltaba la fecha de operación, pero yo
estaba intranquila, sentía temor y un día me despierta el dolor de madrugada, me internan y me operan de urgencia obviamente con otro médico. El dolor luego de esa cirugía continuó y yo entré en una profunda depresión de la que el Señor me sacó rápidamente.
Luego de 2 años de dolor y ya los últimos meses más intensos me repiten la resonancia y ahí estaba de vuelta la hernia; a diferencia de la operación anterior el Señor me ministró con una preciosa alabanza que dice: “Paz tendré, estás aquí, todo está bien”.
Una hermana en Cristo tuvo un problema con una vértebra y me recomendó a su médico; mi obra social lo cubría y atendía sin turno los martes porque si sacaba turno tenía para diciembre. Fui a verlo, sabía que era de parte de Dios y esa paz de la que habla la Biblia era la que yo estaba viviendo. Filipenses 4:7: “Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros pensamientos en Cristo Jesús”.
En ningún momento sentí temor. Dios estaba en control. El médico vio que había que limpiar
bien la hernia que estaba sobre la médula, desbloquear los dos nervios ciáticos porque tenía
comprometida las dos piernas y hacer una fijación en el disco y vértebras. Obviamente es más compleja esta operación que la anterior en la que sólo sacaron la hernia. Pero la paz de Dios me hizo seguir adelante, el médico imaginó el dolor aparte de que se lo expresé y me dio con urgencia la operación a los 15 días de mi primera visita.
Oramos por la operación; el primer milagro que Dios hizo y ahora entiendo es que yo iba a atenderme con el médico que había elegido la primera vez y entendí que Dios no permitió que él me operara y me direccionó. El segundo milagro, la prótesis me salió lo que yo tenía en ese momento. Las secretarias de la obra social me decían que no podían creer lo que pagué, ya que el día anterior se había operado otra chica de lo mismo que y pagó 3 veces más. Y otro milagro fue que cuando empezaron a limpiar la hernia, se encontraron con un queloide, que es una cicatrización dura y gruesa como un chichón y cuando la limpiaron se pinchó y tuvieron que suturar la médula ósea y poner un parche que se reabsorbe, luego liberaron los ciáticos y pusieron la fijación y la paz continuaba conmigo. A los cuatro días me dieron el alta y la recuperación ha sido excelente; no tengo dolor, aún tengo los puntos, que me sacarán esta semana, pero llevo una vida normal, camino, me cuido de no levantar peso, pero esperé y obtuve mi milagro, ya no hay dolor. Dios ve la película completa y si me operaron de urgencia la primera vez es porque ese médico a mí no me tenía que operar; ahora lo entendí, en el momento exacto y en el tiempo de Dios obtuve mi milagro de sanidad y Dios ya tenía el equipo médico que iba a operarme. A veces hay que esperar por el milagro, yo esperé dos años, pero acá está.
No te desanimes si vienes hace tiempo esperando un milagro; recuerda esta verdad que dice Romanos 8:28: “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”.
Dios te dé la paz y la certeza que estás necesitando en este tiempo. Sigue orando, tu milagro
está en camino, no te olvides que Dios ve la película completa y conoce el final, nosotros debemos confiar.
“Dios, dame paz y la certeza de saber que aquello que estoy necesitando, tú ya lo tienes programado para dármelo en tu tiempo”.