Esta es la historia detrás del himno “Cuando allá se pase lista”. El escritor de este grandioso himno es James Milton Black, que nació el 19 de agosto de 1856 en South Hill, New York. Él se dedicó al servicio cristiano. Enseñaba música entre semana, dirigía el servicio de alabanza, era maestro de escuela dominical y líder juvenil en su tiempo libre. También editó varios himnarios.
Un día, mientras pasaba por un callejón de uno de los sectores más pobres de Williamsport, se encontró a una niña pequeña de unos 14 años de edad, sentada en la puerta de una casa que estaba prácticamente en ruinas. Al parecer su padre y su madre eran adictos a la bebida. James le preguntó si le gustaría ir a la escuela dominical, a lo cual ella respondió: “Sí, me gustaría ir, pero…”, en ese momento bajó la mirada a su ropa y zapatos rotos. James entendió y al día siguiente le llevó un vestido nuevo, zapatos y un sombrero. Con sus ropas limpias, la niña llamada Bessie empezó a asistir a todas las reuniones los domingos.
Un día en una de las clases dominicales, cuando James pasaba lista y todos contestaban diciendo un versículo, al llamar a Bessie no obtuvo respuesta porque no había asistido. Y entonces dos cosas atormentaban la mente de James en ese día. En su mente resonaban las preguntas: “¿Qué tal que esta niña nunca más vuelva? ¿Y si fallece?”. Al salir de la escuela dominical fue a buscar a la niña a su casa, y la encontró muy enferma. Llamó a un médico y le pagó para que la examinara. El desalentador diagnóstico médico fue neumonía. Eso fue lo que puso triste y también a pensar y cuando James llegó a casa, triste se sentó en el piano de su casa y compuso el himno “Cuando Suene la Trompeta”. Bessie falleció a los diez días, pero eso fue lo que inspiró a James a pensar: “quizá aquí no responda al pase de lista, pero allá en el cielo, sí”.
Esta es una historia conmovedora que nos muestra que no en vano sufrimos y buscamos al Señor. Dice su Palabra que “todo tiene su tiempo”, también esta historia nos muestra que a pesar de nuestra ausencia aquí en la tierra, allá en el cielo estaremos presente siempre y cuando busquemos al Señor y sirvamos con el corazón; no importa la clase social, la edad, si eres hombre o mujer. Sólo un corazón dispuesto.
Un fragmento de este himno dice: “Cuando allá se pase lista a mi nombre yo feliz responderé”, y queremos que tú también.