Cuando leemos el salmo 119 podemos notar un compilado de versículos y sesiones que no tienen una conexión entre sí. Pero sí forman una unión impecable de sentimientos y poemas que hablan de la grandeza de Dios y su Palabra. Es como si fuera una unión de páginas con mensajes independientes, pero con un formidable toque devocional en cada uno.
Los “¿cómo?” es uno de los interrogantes más comunes en nuestro caminar. Luego de una promesa, después de una palabra, al comenzar un desafío. El “¿cómo?” es un incentivo a buscar de Dios: las fuerzas, la respuesta y la ayuda para seguir. Y mientras nos apoyamos en Él, encontramos perlas como este salmo.
“En mi corazón he guardado tus dichos. Para no pecar contra ti”.
Una de las maneras de poder encontrar los “¿cómo?” es poder unirnos a la Palabra, hacerlo de tal forma que podamos tener un profundo anclaje con su esencia. Y encontrar la guía para la batalla de todos los días. Cuando profundizamos en la Palabra, no sólo podremos encontrar más de lo que necesitamos, sino que lo encontramos a Él. Y Él es todo.
Cuando comencé a asistir a la iglesia, estudiar la Biblia era como ir al hospital. Alimentar mi corazón roto era lo más hermoso que me había paso en esos días. Cada venda, cada página, cada pasaje, me abrazaba y me hacía comprender cuán distante estaba de conocerlo, de comprender Su voluntad. La Palabra, Su voz. Fue maravilloso para mí. Hoy, muchos párrafos luego, sigo descubriendo que los “¿cómo?” en Dios son impensados. Cuando hay una promesa de por medio, nada se puede entrometer. Su manera de obrar en nuestras vidas es asombrosa. Y su Palabra deja señales de todo lo que hace y hará en favor de su Reino.
¿De qué manera podemos dar batalla en este transitar de la vida? Con las páginas de Su voz atada a nuestro cuello. Reflexionando sobre lo que dice. Memorizando letras que tienen una historia de poder.
“Querido Dios, pon el apetito de poder alimentarme de las promesas, de las explicaciones, de la historia y de los sentimientos que hay en tu Palabra. Que allí me sienta a descansar en Ti y confiar en Tu sabiduría”.