Dios siempre está para nosotros, pase lo que pase. A veces no vamos a contar con la gente que creíamos que nos iba a ayudar, pero si fijamos nuestra mirada en Dios, Él nunca nos dejará. Si hay algo que lo caracteriza a Dios es su fidelidad. Él no defrauda. No debemos renunciar, aunque parezca lo mal que a veces la situación sea, no estamos solos.
La oración fortalece el alma, no te cierres, habla con Dios. Este pasaje David ve el cumplimiento de la respuesta, pero, además, le da vigor que significa fuerza, porque después de la prueba, solemos estar cansados. Y lo que necesitamos es esa fortaleza que viene de parte de Dios.
Es importante algo más: descansar, y eso equivale a darte un tiempo para ti. Reflexionar, caminar, disfrutar de la naturaleza, de lo simple, o dormir; tenemos que cuidar nuestro cuerpo, nuestra alma y nuestro espíritu.
Te aseguro que Su fortaleza te ayudará a salir adelante. ¡No renuncies!
“Querido Dios, en este día emprendo con fe, caminando contigo, disfrutando de la vida, y poniendo mi mirada en ti. Sé que me darás la salida a esta situación, y veré tu respuesta. Gracias por fortalecer mi vida y darme la certeza de que todo estará bien”.