La expresión “El Cuerpo de Cristo” que utiliza el apóstol Pablo en 1 Corintios 12 nos ofrece una valiosa lección sobre el trabajo en equipo: Un cuerpo compuesto por una multiplicidad de miembros, todos diferentes entre sí, que se necesitan mutuamente por sus características complementarias. Juntos, estos miembros se potencian para cumplir los objetivos de un plan superior.
En este sentido, una clave fundamental en la organización coordinada del equipo es potenciar a los integrantes que aparentemente son más débiles o cuyas habilidades no parecen ser necesarias para el rendimiento general. Akin Akinpelu, miembro del consejo de Forbes, publicó el artículo “Aprovechar el trabajo en equipo para una mayor productividad” (1), en donde escribió:
“Un equipo está formado por individuos que tienen diferentes puntos fuertes… (que) son capaces de combinar sus fortalezas individuales para crear una influencia que permita que la fortaleza de una persona cubra las debilidades de otra, dándole así al grupo una ventaja colectiva sobre un artista individual que incluso puede ser muy hábil o talentoso”.
La respuesta de Pablo a este dilema reside en la centralidad del amor (1 Corintios 13). Por eso, son comprensibles las expresiones sobre la necesidad de dar mayor dignidad a los menos dignos, de honrar y tratar mejor a los menos decorosos, de acompañar en los sufrimientos y de celebrar los logros (1 Corintios 13:23-26). En estas palabras encontramos un principio poderoso: Trabajar juntos en amor, sin que las capacidades particulares de cada uno nos distancien, sino que nos complementen.
En su libro EmpreLiderazgo (2), Dave Ramsey (también mencionado por Akin Akinpelu) utiliza el ejemplo de un caballo que puede tirar de cuatro mil kilos. Lo curioso es que cuando se juntan dos caballos con un arnés, pueden tirar entre diez y doce kilos, hasta tres veces más que uno sólo. En el caso de que esos caballos se adiestren juntos, pueden llegar a tirar hasta quince y dieciséis mil kilos, es decir, hasta cuatro veces más. Este ejemplo ilustra que el trabajo en equipo no es una simple suma, sino una multiplicación. Además, implica un compromiso a permanecer juntos, reconociendo las habilidades personales y únicas de cada miembro.
El trabajo en equipo, definido en la Palabra de Dios como un cuerpo orgánico, responde a un plan superior con esta realidad innegable: La unidad produce multiplicación. Esta verdad no es ajena al mundo de los negocios, donde los empresarios exitosos comprenden que los principios bíblicos diseñados por Dios traen consigo bendiciones. Por eso, como hijos de Dios, debemos aprovechar las ventajas que tenemos para aplicar en nuestras manos lo que el cielo nos ha dado, incluyendo estos principios poderosos mencionados y que están enumerados a continuación
1. La centralidad del amor: Fomentar un ambiente de trabajo en equipo basado en el amor y el respeto mutuo. Promover la empatía y la comprensión hacia adentro del equipo.
2. La dignidad y respeto: Brindar mayor dignidad a aquellos que puedan sentirse menos valorados en el equipo. Honrar y tratar con respeto a todos los miembros, independientemente de su estatus o posición.
3. El acompañamiento y la celebración: Acompañar en momentos de dificultad, mostrando apoyo y solidaridad hacia los demás. Celebrar logros individuales y colectivos. Promover el reconocimiento y la gratitud.
Es fundamental promover una cultura que integre los valores del Reino de los Cielos, con énfasis en el trabajo en equipo y la unidad. Esto impactará todas las áreas de nuestras vidas y será una siembra que germinará en beneficios y bendiciones. Pero aún más importante, calará profundo en nuestro ser, impulsándonos hacia un compromiso espiritual superior que nos convertirá en agentes multiplicadores en entornos de responsabilidades mutuas.
“Querido Dios, necesitamos tomar conciencia real del equipo al que pertenecemos, el Cuerpo de Cristo. Danos la capacidad de poder trabajar mancomunadamente para alcanzar los objetivos del Reino. Te necesitamos como cabeza de ese equipo para poder impactar, no sólo nuestras vidas, sino las de aquellas personas a quienes queremos llegar con tu mensaje de salvación”.
(1) Akinpelu, Akin. “Council Post: Harnessing Teamwork for Greater Productivity.” Forbes, Forbes Coaches Council, 6 Feb. 2024, www.forbes.com/sites/forbescoachescouncil/2024/02/06/harnessing-teamwork-for-greater-productivity/?sh=2cedb9d716ae. Accessed 12 Feb. 2024.
(2) Ramsey, Dave. Empreliderazgo : 20 Años de Sabiduría Práctica Haciendo Negocios Desde Las Trincheras. Translated by Juan Manuel Pombo, Howard Books, 2012.