Cuántas veces decidimos emprender alguna cosa, la que sea, en al ámbito personal, familiar, profesional e incluso ministerial, y tenemos el impulso inicial, la fuerza para comenzar, pero con el paso de los días, vamos perdiendo ése primer entusiasmo.
No en todos los casos, pero quizás sea porque carecemos de la estrategia para alcanzar el éxito y nos rendimos ante las primeras circunstancias adversas que se van suscitando.
Del pasaje bíblico de hoy, podemos extraer –en principio- tres pasos firmes que podríamos comenzar a dar para conquistar el futuro, avanzar y alcanzar el éxito en todo lo que emprendamos.
Paso 1: Determinarse
La determinación está definida como una decisión constante para un propósito en el cual se es perseverante, es el valor y firmeza en la manera de actuar, la fortaleza mental para perseguir los objetivos que nos proponemos y no abandonar simplemente porque el camino se ponga difícil.
Cuán difícil parece alcanzar en nosotros esta definición, y más cuando no todo sale como lo habíamos esperado, pero debemos aspirar con la ayuda del Padre, a ser esas persona determinadas, que avanzan primeramente en sus buenas decisiones y se esfuerzan por lograr sus metas y propósitos.
Para determinarse hay que decidirse y para decidirse no hay que dudar, debemos ver, declarar y escribir las metas a conquistar y alinearnos al sueño y asignación que Dios tiene diseñado para cada uno de nosotros.
Paso 2: Ser firme
Cuando logramos visualizar la meta y nos determinamos a dar todo por ella, tomando las enseñanzas del apóstol Pablo -Filipenses 3:13-14-, podríamos resumir que, para ser firmes, deberíamos entrar en el proceso de olvidar lo que queda atrás y extendernos a lo que está delante, proseguir pese a los “no puedo”, “no sé”, “no tengo”, “no estoy listo”, y a un sinnúmero de pensamientos negativos que quieren anidar y establecerse como límites en la mente y espíritu.
La declaración de la Palabra será, en esta etapa del proceso, el arma efectiva para afrontar los embates del enemigo y de todos aquellos que se levanten en contra tu llamado.
Paso 3: Ser guiado
El mismo pasaje en otra traducción expresa: 2Prosperarás en todo lo que decidas hacer y la luz brillará delante de ti en el camino” (NTV). Esta es la verdadera clave para avanzar con éxito, el ser completamente guiados por el Espíritu Santo.
Cuando nos decidimos determinadamente a comenzar aquello que Dios ha sembrado en nuestros corazones, sucede algo sobrenatural, se abre camino donde no lo hay, y Su luz comienza a indicar, iluminar por donde seguir, dar los pasos correctos en el momento oportuno.
Nuestro Padre Dios es la primera persona determinada en bendecirnos, su fidelidad hace que la obra que cada día comienza en nosotros, Él la termine para su gloria y propósitos.
La determinación es la fuerza que impulsa a un sueño, a convertirse en realidad.
Para alcanzar el éxito en todo lo que emprendamos, debemos determinarnos a trascender, ser firmes en nuestras decisiones y ser guiados por la luz de Dios en el camino que Él nos muestra en la conquista de Sus sueños.
“Padre Amado, en este nuevo día nos determinamos a ser transformados a la imagen de Jesús. Te pedimos tu favor para que podamos ser firmes en nuestras decisiones, proyectos y metas. Necesitamos y pedimos la guía y fuerza del Espíritu Santo para alcanzar el destino eterno por el cual nos diseñaste, lo creemos y declaramos en el nombre de Jesús”.