¿Alguna vez has sentido que no puedes soportar una cosa más? La vida tiene una forma de apilar una prueba sobre otra. Cuando menos lo esperamos, aquí viene otra situación difícil y no vemos un camino ni una salida. Justo cuando sentimos que podríamos estar bien, llega otra prueba y puede parecer que la vida sigue pateándonos cuando estamos deprimidos. No eres solo tú. A todos nos pasa en algún momento.
El desánimo y la frustración pueden llegar a niveles inesperados y la fe puede sentirse como si se estuviera desmoronando. La vida es difícil a veces. ¡Pero hay esperanza y ayuda! Aunque no siempre queramos escucharlo, la Biblia nos da la paz, la esperanza, el gozo y la ayuda que necesitamos.
Aquí hay algunos versículos a los que recurro cuando siento que no puedo soportar otra prueba:
1. Dios quiere ser mi escudo durante la prueba: “Pero tú, oh Señor, eres un escudo que me rodea; eres mi gloria, el que sostiene mi cabeza en alto.” (Salmo 3:3). Me encanta la imagen aquí del Señor siendo tanto el escudo como el que levanta la cabeza. Es un protector y un dador de esperanza. Una esperanza tan real que la cabeza se levanta de la conmoción total y los ojos dejan entrar la luz del sol, sabiendo que este no es el final.
2. Dios quiere ser mi pastor durante la prueba: “El Señor es mi pastor; nada me faltará” (Salmo 23:1). Cuando no podemos aceptar una cosa más, el primer versículo de este salmo nos brinda consuelo y una promesa. El consuelo es que tenemos un Pastor que no es cualquier líder, guía o protector. Es la promesa de que el Señor, nuestro Salvador, será el líder y guía para nosotros incluso ahora. Y cuando lo seguimos y creemos que Él es quien Él promete ser, recibiremos lo que necesitamos cuando lo necesitamos. Puede que no sea lo que pensamos que necesitamos, pero será la presencia y la guía del Señor lo suficiente para llevarnos a través de los días más difíciles.
3. Dios quiere darme fuerzas durante la prueba: “Espera con paciencia al Señor; sé valiente y esforzado; sí, espera al Señor con paciencia”. (Salmo 27:14). En el Salmo 27, David comparte su canto de confianza. Termina esta canción con una declaración de espera paciente. Esperar que Dios responda, cumpla, siga o arregle el problema puede ser una de las cosas más difíciles a las que nos enfrentamos. Pero David dice, ¡espera! Cuando lo hacemos, se nos promete la fuerza que sólo viene de Dios. Es una fuerza que Dios da en el momento que necesitamos cuando pensamos que no podemos aguantar otro día más.
4. Dios quiere estar presente conmigo en la prueba: “Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones” (Salmo 46:1). Cuando pienso en un refugio, mi mente va a un lugar lejano que nadie conoce y donde el enemigo no nos puede encontrar. Es un espacio secreto provisto para los vulnerables o menos afortunados donde pueden encontrar descanso, paz, seguridad y tranquilidad de que todo va a estar bien. Cuando nos aferramos a la promesa de que Dios es nuestro refugio, podemos saber que tenemos un lugar seguro en Su presencia.
5. Dios quiere escuchar mi oración en el juicio: “Desde los extremos de la tierra, clamo a ti por ayuda cuando mi corazón está abrumado. Guíame a la imponente roca de seguridad” (Salmo 61:2). Puede ser fácil dejar de orar cuando parece que las oraciones no están siendo respondidas. El diablo se apresura a convencernos de que Dios no oye, no escucha, no se preocupa. Pero los caminos de Dios no son nuestros caminos. Él tiene un plan maestro y ve el panorama general. A veces, nuestras pruebas no están aquí para hacernos daño, son simplemente una herramienta para recordarnos que debemos volver nuestros corazones y oraciones a Dios. Es hora de volver tu corazón a Jesús para que Él pueda llevarte a un lugar más alto.
6. Dios quiere que sus ángeles estén presentes conmigo: “Pues él ordenará a sus ángeles que te protejan por donde vayas” (Salmo 91:11). Sabemos que hay una batalla espiritual muy real todos los días. Cuando leemos un versículo como este, podemos descansar con la plena seguridad de que los ángeles de Dios están activos y trabajando a nuestro favor. No necesitamos volvernos espeluznantes o comenzar a actuar como locos para activar el reino espiritual. Lo que podemos hacer es agradecer a Dios por los ángeles que sabemos que están vivos y bien trabajando para Él a nuestro favor.
7. Dios quiere que descanse en medio de mi prueba: “Es inútil que te esfuerces tanto, desde temprano en la mañana hasta tarde en la noche, y te preocupes por conseguir alimento; porque Dios da descanso a sus amados” (Salmo 127:2). No necesitas quedarte despierto toda la noche preocupándote por cosas que no puedes controlar. Dios quiere que nos soltemos y descansemos. Él da descanso. Es un regalo por caminar con Él. No es el plan de Dios que te quedes despierto y pienses en todos los posibles resultados y problemas. Dios en Su bondad ofrece descanso para aquellos que ponen sus cargas para que Él las lleve. Dios quiere que descanses.
8. Dios está pensando en ti en esta prueba: “¡Qué preciosos son tus pensamientos acerca de mí, oh Dios! ¡No se pueden enumerar!” (Salmo 139:17). Dios no te ha dejado solo o sola. A veces tenemos la idea de que a Dios ya no le importa o pensamos que tal vez ya no pelea nuestras batallas. Esos pensamientos son mentiras del enemigo. ¡Dios no ha terminado! Él no ha terminado contigo y no ha terminado con esta prueba por la que estás pasando. Él tiene un plan más hermoso de lo que puedas imaginar.
Dite a ti mismo la verdad. La verdad se encuentra en las Escrituras. Estos son solo algunos versículos para recordarte la verdad de la Palabra de Dios cuando sientas que no puedes con una cosa más. Confía en Aquel que puede ayudarte a superarlo.
“Señor, sé mi guía, mi faro, mi refugio, mi escudo, en los momentos de pruebas, tormentas, ataques, o cuando tengo la sensación de estar perdido. Me entrego a tí de todo corazón, te creo y sé que tu mano de providencia actuará en mi favor”.