Hace diez años trabajo a una cuadra del Congreso de la Nación Argentina. Las primeras veces que pasaba caminando frente a él me asombraba como cualquier turista recién llegado. Frenaba, levantaba mi cabeza frente a tan imponente edificio, miraba sus esculturas y estatuas, los detalles arquitectónicos, ¡sus columnas! Sus escaleras. También las imponentes rejas negras que son receptoras de tantos carteles con reclamos, pedidos y manifestaciones populares. Muchas fotos saqué y tengo guardadas en mi teléfono móvil. ¡Hasta hice un parcial de Diseño Gráfico sobre la parte posterior del Congreso!
Los años avanzaron y mi paso por el lugar se volvió una rutina. Ya opté por la vereda de enfrente, caminando rápido y sin girar mi cabeza porque ya conocía todo y aún he elegido caminar por otras cuadras más tranquilas y sin tanta gente parada en la vereda interrumpiendo a los que sí trabajamos.
Hace un año, al vivir en una nueva localidad, mi ruta de llegada al trabajo cambió y me obligó a pasar cada día frente al imponente lugar ya descripto. Un día, mirando a esos novatos haciendo sus primeras selfies pude sentir a Dios hablando en mi interior: “Nunca dejes de asombrarte de mí, porque aún hay más”. Pasé días reflexionando sobre mi actitud frente al Señor, fue oportuno para recuperar el asombro de niño y volver a disfrutar de cada una de sus manifestaciones en mí y en aquellos que pueda servir.
Nunca te acostumbres a Dios. El Evangelio no es una rutina, es una aventura diaria. Disfruta cada despertar. Camina sin prisa. Mira al costado, seguramente alguien necesitará que le tomes su foto con Dios. Si has cruzado a la vereda de enfrente, la de la tranquilidad, de lo conocido y seguro; si has colgado tus quejas en las rejas de la religión, reflexiona. ¡No has conocido todo! Recupera el maravilloso sentido del asombro ¡porque cosas más sorprendentes verás con Jesús! Yo ya las estoy viviendo. Te toca reflexionar.
“Señor, gracias por caminar junto a mí, por hablarme en medio de mi rutina. Gracias por sacudirme nuevamente, hacerme ver que no lo he vivido todo y aun tienes más sorpresas para mí”.