Vivo a 40 kilómetros de la Sierras de Córdoba, en Argentina, y en épocas de verano o climas secos hay anuncios por todas partes para prevenir incendios. Hubo años en donde el fuego era tan insostenible que los gobernantes tuvieron que pedir ayuda a otras provincias e incluso a países vecinos para lograr controlar las grandes llamas.
El fuego, sin duda, es fácil de propagar, la grandeza de sus llamas todo lo pueden atrapar y
consumir. Creo con todo el corazón, que, así como estas llamas imparables, Dios está encendiendo muchos corazones, una raza diferente, gente sin límite que esparce Su Amor en cada rincón.
En las peores crisis aparecen los valientes y osados que todo lo enfrentan. En el pasaje bíblico, Pablo el Apóstol animó al joven Timoteo en momentos de lágrimas y dificultades para no flaquear ni rendirse. Así también Dios está preocupado por nosotros y nos quiere ver en nuestro mejor momento.
Estamos en el corazón de Dios, Él tiene planes grandes para nuestras vidas. ¿Acaso el Antonov An-125, que es el avión más grande del mundo, fue creado para estar encerrado en un galpón? Invirtieron millones de dólares y mucho tiempo con el objetivo de volar miles de kilómetros y cargar cientos de pasajeros para llevarlos a su destino. ¿Un gran barco fue creado para estar atado en un muelle?
“Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de
paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis” (Jer. 29:11).
Es tiempo de avivar el fuego y despertar la pasión por Dios. Comienza de nuevo. Escribe
nuevas canciones, habla con las personas que Dios te envíe, termina la carrera, haz lo que por
años estuvo frenado en el corazón.
Jesús hizo el sacrificio más grande en la Cruz del Calvario porque te ama y quiere que
despiertes el fuego que hay en ti.
Consejos prácticos:
1 Hablemos con Dios todos los días, mantengámonos en contacto con esas personas que nos
inspiran, nos alientan y ayudan a seguir apasionados.
2 Tengamos un plan para leer el mejor manual de instrucción de vida, “La Biblia”.
3 Sueña en grande y sé creativo con lo que tienes a mano.
4 Nunca olvides las promesas de Dios.
“Señor, haz que ese fuego que encendiste en mí, no se apague nunca, sin que se propague y afecte a muchas vidas, para que te conozcan a ti, el Dios verdadero”.