Yo no sé si el apóstol Pablo aprendió de Arquímedes en la escuela, pero esta oración por los efesios me hace acordar mucho a su famoso principio. Tú tal vez lo estudiaste en la secundaria o en la universidad. Gracias a los estudios de este físico y matemático griego (287-212 a.C.) se desarrollaron inventos como la palanca, la polea, los engranajes y hasta el número Pi, necesario para conocer perímetros y superficies de los círculos.
Los programas sensacionalistas y redes de hoy ocuparían varias horas hablando de un señor que se paseó desnudo por su pueblo gritando ¡Eureka, eureka! (En griego: ¡lo conseguí!) y eso probablemente sería más importante que su descubrimiento mientras se bañaba.
Repasemos el enunciado: Todo cuerpo sumergido en un fluido experimenta un empuje vertical y hacia arriba igual al peso de fluido desalojado. O sea que el volumen del líquido desalojado es igual al del cuerpo sumergido. Y que la fuerza-empuje es igual al peso del líquido desalojado. Simplificándolo mucho más en versión “TLA”: cuando una cosa entra, otra cosa sale con la misma fuerza con la que se la reemplaza.
Ahora que comenzamos un nuevo año revisamos lo hecho el anterior y dentro de las nuevas metas y propósitos, seguramente entra un deseo común a todos los que decimos ser de Cristo: ¡buscar más al Señor! Y para que el “volumen” de Dios entre con fuerza en nosotros y nos llene, algo tiene que salir con la misma fuerza.
Del mismo modo que las redes y plataformas te recomiendan cosas de acuerdo a tus intereses y búsquedas, cuando procuramos que Dios empiece a ocupar más tiempo en nuestra vida todo lo que nos rodea empieza a llenarse de Él. Démosle más lugar a Dios. Saquemos todo eso que le quita lugar para alcanzar su plenitud. Para sentirnos llenos de Él.
Para este año me propongo un ejercicio práctico que te comparto: ocupar el volumen de series con más Biblia, el tiempo de Instagram por orar por necesidades de otros, compartir la Palabra con amigos en lugar de verlos en Facebook, más devocionales que fútbol y más alabanza que tik tok.
Busquemos ser llenos de Dios para que todos vean a Jesús a través nuestro. Para derramar a nuestro alrededor los frutos de Su Espíritu.
“Querido Dios, gracias por vivir en mí. Quiero darte el primer lugar. Dame la perseverancia y pasión para ser de verdad lleno por ti. Que el espacio que ocupas en mi vida sea mayor que todo”.