16 DE ABRIL, DÍA MUNDIAL DE LA VOZ
La voz es un instrumento poderoso producido por la vibración de las cuerdas vocales. Ahora bien, a través de la voz, logran protagonismo las palabras con las cuales se pueden construir los poemas más fabulosos, pero también los insultos más hirientes.
La voz puede ser un metal que resuena o címbalo que retiñe, pero también un ungüento poderoso para las heridas del alma.
La voz puede construir, crear, dar vida (…y dijo Dios, y fue la creación), pero también puede significar nuestra propia destrucción y condenación (Proverbios 18:21).
Lo que es trascendental que sepamos es que ese sencillo mecanismo fisiológico que produce la emisión de sonido a través de nuestra voz da sentido a la palabra, y “la palabra que sale de nuestra boca, no regresa vacía sin cumplir el propósito para la cual la enviamos” (referencia de Isaías 55:11). Pero ¡atención!, no solo se refiere a aquellas manifestaciones conscientes de bendición o maldición. Muchas veces hablamos por hablar. Emitimos opiniones sin mayor conocimiento del tema, entramos en debates estériles o improductivos, o simplemente hablamos un sinnúmero de sandeces (o pavadas) y no sabemos qué de eso también tendremos que dar cuenta según nos lo dejó bien claro el propio Jesucristo cuando aseveró “…yo os digo que de toda palabra vana que hablen los hombres, darán cuenta de ella en el día del juicio. Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado” (Mateo 12:36-37 LBLA).
Hagamos que nuestra voz sea emitida con propósito. Hagamos que el silencio sea el preludio que algo interesante que saldrá de nuestras bocas. Ya lo dijo el gran Rey Salomón, “cuando calla, hasta el necio parece sabio”. O como lo dijera el cantautor Atahualpa Yupanqui, “cuando hables procura que tus palabras sean mejores que tu silencio”.
La voz necesita ser alzada más que nunca en este tiempo, pero con la intención de unir y no de ampliar la trillada grieta, de sanar y no seguir hiriendo, de profesar misericordia, empatía y tolerancia, y no la defensa acérrima de nuestra percepción, opinión o verdad relativa.
Alcemos nuestra voz sin miedo al qué dirán, para hablar de que Jesucristo es el único camino, la verdad y “la llave” para alcanzar la vida eterna. Porque podemos ganar una discusión, una pelea, una batalla y hasta una guerra, pero ¿qué sentido tiene si perdemos el acceso a la vida eterna?
“Señor. Que nos conozcan y reconozcan y hasta nos critiquen o burlen por hablar vida. Al fin y al cabo en algún momento se darán cuenta que nuestro fundamento fue y es y será, alzar nuestra voz para que todo aquel que en El creyere, no se pierda sino alcance la vida eterna”.
Acabo de leer el devocional de hoy,me resultó muy bueno y de BENDICIÓN,me gustaría ahondar en todo lo de Oratoria y Hermenéutica!