1. Una mirada hacia las personas
Pedro estaba rodeado del resto de los discípulos, pero éstos de ninguna manera podrían haberlo ayudado, aun teniendo la mejor intención, ya que trataban con la misma adversidad y estaban tan asustados como él.
El Señor ordena a Moisés que envíe 12 espías a investigar la situación en la tierra de Canaán. Entre estos 12 se encontraban Josué y Caleb, los cuales se destacaron con sus informes alentadores en contraposición a la negatividad de los informes de los 10 restantes. Dicho esto, me pregunto: ¿Fueron de ayuda los 10 compañeros para Josué y Caleb? ¿Fue útil para ellos la mirada que los 10 tuvieron con respecto a la situación de Canaán? ¿Qué hubiera pasado si hubiesen puesto su mirada en sus compañeros en lugar de hacerlo en la tierra de Canaán?
Alguien dijo: “Todos vivimos bajo el mismo cielo, pero no todos tenemos el mismo horizonte”.
2. Una mirada hacia las circunstancias
Pedro miró las circunstancias y eran apabullantes: las olas azotando la barca, ya que el viento era contrario. Dicho de otra manera, lejos de poder las circunstancias clarificar la situación, la oscurecía aún más.
Se cuenta que un turista americano visitó una gran ciudad de oriente. En un gran predio observó a 3 obreros picando piedras debajo de un sol infernal. Les preguntó a los tres qué hacían. El primero contestó: “Estoy ganándome el pan para alimentar a mi familia”. El segundo contestó: “Estoy siendo explotado por mi patrón”. El tercero esbozó una sonrisa y dijo: “Estoy construyendo una catedral”.
La circunstancia era la misma para los tres, pero la mirada proyectada sobre la circunstancia variaba de uno a otro.
Dos hombres miraron hacia afuera desde las rejas de la prisión. Uno vio barro, el otro vio estrellas. Dicho de otra manera, donde un preso miró hacia abajo con desesperanza, el otro miró al cielo con esperanza.
El Pastor Rick Warren dijo: “Tus circunstancias mejorarán cuando dejes de mirarlas y comiences a mirar a Dios”.
Mañana, la conclusión de este pensamiento sobre las cuatro miradas de Pedro.