La película de ciencia ficción “Pasajeros” (con Chris Pratt y Jennifer Lawrence), trascurre durante un viaje interestelar que dura 120 años en un moderno crucero espacial hacia un nuevo mundo a colonizar de nombre Homestead II. Viajan 5000 pasajeros durmiendo en cápsulas de hibernación, y como a un tercio del viaje una falla técnica despierta a un pasajero, Jim, (Chris Pratt) un mecánico, quien se encuentra sólo en la nave y sin poder volver a hibernar. Luego de un año simula una falla y despierta a Aurora (Jennifer Lawrence) una escritora. El drama se desarrolla ya que se encuentran en un tiempo y lugar donde no debían estar y en situaciones que no querían vivir, sabiendo que la vida que habían soñado en un nuevo mundo se había esfumado.
Luego de conflictos y problemas la película termina con una frase: No te obsesiones tanto con dónde preferirías estar, que olvides aprovechar donde estás. Nos perdimos en el camino, pero nos encontramos el uno al otro y construimos una vida, una hermosa vida juntos.
La velocidad del siglo XXI hace que vivamos permanentemente en el corto plazo y eso nos hace perder el foco de las cosas importantes de largo plazo, queremos los resultados casi inmediatamente. Los cristianos necesitamos entender (cada día), que si bien estamos y vivimos en este mundo terrenal pertenecemos a otro mundo, al Reino de Dios.
En la película viven una realidad que no querían vivir, ni habían soñado, y terminan cambiando lo que sí podían cambiar. Los cristianos tenemos, además, una ventaja, que podemos orar al Padre Celestial. Dice la Biblia que “…la oración del justo es poderosa y eficaz” (Santiago 5:16).
Nuestra perspectiva de las cosas cambia según el punto de vista desde donde estamos mirando. Ante determinadas situaciones que no nos gustan, podemos hacer dos cosas. 1) Quejarnos con cada persona que nos encontremos, lo cual significa que estamos haciendo foco en el problema. El problema es lo único que vemos. 2) Cambiar lo que esté a nuestro alcance o entregarlo a Dios en oración. “Ora como si todo dependiera de Dios, y trabaja como si todo dependiera de ti” (Charles Spurgeon). Esto nos ayuda a poner las cosas en perspectiva, que significa cambiar el foco. El problema existe, pero en mi visión se ven más cosas, no sólo lo malo. Dejemos de preocuparnos por cosas que no podemos controlar y ocupémonos de las que sí podemos manejar. Recordemos que la paciencia es un fruto del Espíritu Santo.
A veces nos concentramos tanto en la coyuntura y problemas que nos toca en este mundo, que olvidamos nuestro destino eterno con Dios. Las tribulaciones de este mundo son momentáneas y no son comparables con la gloria venidera. “Ustedes no han sufrido ninguna tentación que no sea común al género humano. Pero Dios es fiel y no permitirá que ustedes sean tentados más allá de lo que puedan aguantar. Más bien, cuando llegue la tentación, Él les dará también una salida a fin de que puedan resistir” (1 Corintios 10:13).
Finalmente, los personajes de la película no llegaron a Homestead II, se adaptaron a lo que les tocó vivir. Nosotros corremos la carrera que nos toca vivir sabiendo que en el mundo habrá aflicciones, pero con la vista en la meta donde Jesús nos espera, para vivir no en Homestead II, sino con Jesús en el Reino eterno de Dios.
“Señor, que nuestro foco esté puesto en aquellas cosas que podemos cambiar. Ayúdanos a depender de ti, que no nos gane la ansiedad por querer resolver aquello que sólo Tú puedes solucionar en favor nuestro”.