La iniciativa evangelística que se desarrolló en la ciudad de Barcelona, con el apoyo de iglesias evangélicas de Cataluña y ministerios de evangelismo y misión nacionales e internacionales, terminó el sábado con una reunión de celebración, testimonio, alabanza y también reivindicación, a través de la lectura de un manifiesto.
Unas 5.000 personas, de acuerdo a la organización, se juntaron durante la tarde del sábado en la Esplanada del Port Olímpic, donde finalmente se celebró el cierre de actividades tras unas jornadas intensas para organizadores y participantes. “Ha sido una tremenda lucha, pero también una gran victoria”, resumía Miguel Leal, uno de los pastores del equipo organizador.
La convocatoria de elecciones trastocó parte de los planes que se habían realizado inicialmente para la campaña evangelística, dado que los espacios públicos están más restringidos y se da prioridad a los partidos políticos para su uso. Eso dificultó la concesión de permisos y la postergación de la información a los mismos organizadores, que tuvieron que adaptarse y anunciar el lugar definitivo de los actos de cierre solo con poco tiempo de antelación.
Miguel Leal reconoce que estos cambios y las dificultades para encontrar el permiso les llevó a una situación complicada. “Acudimos a todos los contactos políticos que tenemos y se empezaron a mover”, para que finalmente pudieran celebrar la reunión en el Puerto Olímpico.
Aunque la localización no era la ideal, ya que había dificultades para llegar por unas obras en el metro, centenares de personas fueron llegando progresivamente, desde las 19:30 horas, a medida que iban participando distintos artistas, personas contando su testimonio y otras participaciones con un mensaje evangelístico.
Leal contó que también algunos políticos se acercaron para acompañarlos. Se dio asimismo lectura a un manifiesto en el que se expresaban algunas de las necesidades que los evangélicos llevan reclamando hacia las autoridades de la ciudad. “Hasta ahora hemos sido una iglesia invisible en la ciudad, pero hemos tomado la decisión de hacerla visible” y reivindicar los permisos para actividades o lugares de culto, que en los últimos años se han visto limitadas, según explicaba el pastor.
La dinámica no era otra que la de celebrar y en ese espíritu se concluyó “orando por la ciudad y por las autoridades”. El buen ambiente general se mostró incluso una vez terminada la actividad de forma oficial, con un gran grupo de personas que continuaron cantando y adorando a Dios aún entrada la noche.
Si bien el acto del sábado fue el broche final, las jornadas de jueves y viernes han sido valorada de forma muy positiva por los organizadores. Ambos días, se ofreció formación en evangelismo superando las expectativas de asistencia, con más de 500 personas asistiendo a estas jornadas.
Luego, por las tardes, salían grupos pequeños a compartir el evangelio a las calles de la ciudad. “Fue un impacto en la ciudad ver tantos jóvenes, porque la mayoría eran jóvenes, que iban a predicar del Evangelio de Cristo, a dar testimonio, etc.”, explica Miguel Leal. Las jornadas también mostraron una motivación de las iglesias por salir de forma pública para dar testimonio de su fe.
Fuente: Protestante Digital