Cuando Franklin Graham celebró un festival en Moldavia en 2005, fue uno de los mayores eventos evangelísticos de la historia en esta antigua república soviética.
A mediados de este mes, Will Graham seguirá los pasos de su padre en la proclamación del Evangelio durante una Celebración de Esperanza en Chisinau, la capital de este país de Europa del Este, ubicada a menos de dos horas de la frontera con Ucrania.
Estar tan cerca de la guerra en Ucrania hace que la vida sea tensa para los moldavos, muchos de los cuales sienten un profundo afecto por sus amigos ucranianos.
La guerra “hace que todo el mundo aprecie el cielo tranquilo y pacífico de aquí”, afirma Vasily Gherasimciuc, director de la Celebración de Esperanza. La minoría más numerosa de Moldavia es la ucraniana, y esa población sigue creciendo a medida que más y más personas huyen del vecino país devastado por la guerra. El mensaje de Will Graham durante la Celebración se traducirá al rumano y al ruso, para que los refugiados (muchos de los cuales hablan ruso) puedan entenderlo.
Con un suelo fértil y un clima ideal, este país de Europa del Este posee un maravilloso patrimonio agrícola, bellos paisajes abiertos y edificios antiguos. Sin embargo, también es uno de los países más pobres de esta zona del mundo. Y ahora es el hogar de muchos ucranianos que han huido de la violencia en su propia nación. Muchos moldavos recurren al alcohol y caen víctimas de la trata de personas, ya que la pobreza severa lleva a algunas mujeres a seguir falsas promesas de una vida mejor.
Gherasimciuc compartió que las iglesias locales están muy emocionadas de ver que este acontecimiento está tomando forma, y de poder compartir el Evangelio que transforma vidas con sus vecinos. Lo ven como “una nueva oportunidad de unirse bajo la bandera de la evangelización”, dijo.
Conscientes de la realidad de la guerra espiritual, cristianos de 700 iglesias de toda Moldavia han formado una cadena de oración 24/7 durante la semana previa a la Celebración, durante la cual se comprometieron a ayunar, orar y buscar a Dios. Gherasimciuc y su equipo confían en que el “Señor será glorificado en la Arena Chisinau”, y “que, a través de esta Celebración, muchas personas recibirán a Cristo en sus corazones”.
Fuente: Asociación Billy Graham