“Algunas amistades se rompen fácilmente, pero hay amigos más fieles que un hermano.” D.H.H.
¿Qué es la amistad? Podemos definirla como una relación basada en la afinidad, en la reciprocidad. Pero, hay amistades y amistades. Es interesante lo que plantea el proverbio y muy cierto también. Por eso, me pareció divertido crear una analogía entre algunos de esos amigos con ciertos animales (mis disculpas sinceras a estos animalitos). ¿Me acompañan a realizar una visita imaginaria por este Zoo? ¡Comencemos!
Tortuga
Se esconde ante los problemas. No dicen sus verdaderos sentimientos, ni sus gustos. En ocasiones, ambos se encuentran haciendo cosas que no les gustan por “no perder la amistad”.
Loro
Habla todo el tiempo. Te realiza largas conversaciones por el celu, por la compu o personalmente. Realiza largos monólogos. Sin embargo, cuando quieres contarle algo tuyo importante, ¡te cuelga! No te escucha y si lo hace te lastima con sus comentarios. Lo peor es que a veces habla a tus espaldas.
Hornero
Trabaja incansablemente por la amistad, pero es él quien hace todo el trabajo: llama, organiza, hace juntadas, se preocupa. Tanto esfuerzo realiza que termina pensando que al otro “no le importa su amistad”. Termina sintiéndose resentido y desvalorizado y su amigo abrumado por sus exigencias. A veces termina también construyendo amistades que no lo benefician.
Babosa
¡Son pegajosas! Absorbentes. No te dejan espacio personal. “¡Llévame, acompáñame, escúchame!” No se van de tu lado y te celan, no les gusta que te relaciones con otros. Carcomen la amistad, no la nutren, no comprenden las necesidades del otro.
Gato
Son tiernos y mimosos, pero manipuladores. Manipulan con la culpa. Son víctimas perpetuas. Te exigen: “¡Rescátame!” Luego, te echa en cara: “No me llamaste. No viniste a visitarme. Te esperé. ¡Te necesitaba!” Sacan las garras y ¡zas! Recalcan tus errores.
Sanguijuela
Te chupa la sangre. Es un aprovechador y vividor. Llega para la cena y rompe el ayuno en tu casa. Vive a tus expensas. “Lo suyo, es suyo y lo tuyo, suyo.” Se apodera de tus llaves, tu taza de azúcar o de tres horas de tu tiempo”.
Lobo
Es el amigo de las fiestas, está en las buenas. Tiene una personalidad atrapante y cautivadora. Te sientes bien a su lado. Es divertido. Es líder nato. Dice: “¡Vamos! ¡Ven! ¡Disfruta! ¡No te preocupes! ¡Sólo se vive una vez!” Pero… ¡cuidado! Es lobo y traiciona. Tarde o temprano muestra los dientes: “¿Para qué vas a ir a la iglesia? ¿Tienes que ir siempre? No seas fanático. Ven a disfrutar los placeres conmigo…”. Roban la vida espiritual.
Ciervo
Mantienen una relación de simbiosis donde los dos ganan.
Perro
No importa cuánto tiempo haya pasado sin verte, cuando te ve se alegra de verte y no te lo reprocha. Puedes contar con él. Defiende tus espaldas. Es una relación recíproca. Lo alimentas y cuidas y él te guarda.
Cordero
Nos tiene en cuenta. Comparte su tiempo y se alegra con nosotros. Abre su corazón. Nos ama y elige. Nos enseña del padre. Da su vida por nosotros. Jesús es el mejor amigo que podemos encontrar. (Juan 15: 11-17).
Por hoy, acabamos esta recorrida. ¿Viste que el proverbio tenía razón?
“Dios, que pueda tener en mi vida al mejor de los amigos, para que yo pueda ser también, un buen amigo”.