En algunas ocasiones he tenido la oportunidad de hablar con alguien sobre el amor y el perdón, y es algo que, personalmente considero columnas del cristianismo. Sin embargo, a pesar de que es un mensaje que eventualmente se predica en las iglesias, ciertamente no es muy entendido, puesto que lo que se aprende se practica, pero muchas veces no se implementa en la realidad.
Muchas veces, nosotros mismos nos hemos acarreado los problemas por algo tan sencillo como no amar, no perdonar y decir “para qué hacerlo si él fue quien me hirió” ó “sólo le demostraré mi amor si también me lo demuestra a mí”.
Es en estos momentos cuando llega a mi mente ese momento magnifico y glorioso del sacrificio de Cristo por nosotros, y me pregunto, ¿realmente tenemos mayor valor que Cristo como para negar el perdón o no amar a alguien, siendo que Él sí lo hizo?
Este día cundiera esto: ¿Qué de valor tienes que ofrecer a Dios? Tu misma vida es de él. Ahora piensa un momento, siendo que no tienes nada, Dios te dio su amor, su perdón, envió a su hijo Jesucristo a morir por ti sin importar quien seas, Él te ama.
Este mensaje lo estuve meditando algún tiempo y estoy seguro de que es para ti. Tú, que no has logrado amar, perdonar a aquella persona que te ha hecho tanto mal, que te ha herido y te ha hecho llorar que con tan sólo recordarlo te trae recuerdos que no quieres tener, a esa persona, perdona. Quizá las cosas no serán igual, quizá la relación entre tú y aquella persona no será la misma (o quizá se solucionará) pero sea como sea, demuestra que tienes a Cristo, sé valiente y si, tal vez fuiste herida o herido, descuida, no son heridas que traerán dolor por siempre, son recuerdos de un triunfo, son las heridas de los valientes.
Esas heridas que traen dolor, que traen angustia, solo serán temporales, porque serán vendadas por el pastor de pastores, y Él todo lo hace perfecto, así que no hay de que preocuparse.
Adelante y vive tu vida en Cristo al máximo, ama, perdona que Dios se agrada de eso.
“Señor, quiero tener un corazón perdonador. Quiero ser valiente, y a pesar de las heridas que me puede infringir la vida, deseo que tu amor las cubra, las vende y las restaure”.