Es sabido que Valencia y varios jugadores del plantel ecuatoriano, son cristianos. Sus redes sociales están adornadas de mensajes que así lo confiesan.
Pero no es la primera vez que jugadores que participan en las Copas del Mundo exteriorizan su fe de una manera tan elocuente. Aún perdura la imagen de varios futbolistas brasileños celebrando de modo similar la obtención del título en 2002.
En las Copas siguientes, ha habido jugadores que también se las ingeniaron para mostrar su fe, aún con las restricciones venideras que dispuso la FIFA para evitar que la religión se inmiscuya en el ámbito futbolero. Jugadores como el colombiano Radamel Falcao, o el uruguayo Edinson Cavani, o el brasileño Kaká, fueron tres rutilantes figuras del fútbol mundial que han sabido mostrarse públicamente como seguidores de Cristo.
Más acá en el tiempo, se puede recordar a la estrella brasileña Neymar con su vincha y la leyenda “100% Jesús”, que algunos medios se encargaban de pixelar cuando salía en las fotos. O su compatriota David Luiz, quien se atrevía a orar por sus rivales imponiendo sus manos. O el arquero costarricense Keylor Navas, de quien hasta salió un documental sobre su vida en Netflix.
Hoy, Ecuador nos sorprende con una demostración por demás significativa de que ser agradecido a Dios está por sobre todos los logros deportivos que se pueda obtener. Aunque los medios intenten ocultarlo, aunque la FIFA pretenda invisibilizar el evangelio con sus restricciones y aunque los países anfitriones se caractericen por ejercer una marcada persecución contra los cristianos, siempre habrá manera de mostrar a Jesús al mundo.