Malaquías 3:16 dice: “Entonces los que temían a Jehová hablaron cada uno a su compañero”. La historia señala que, en los tiempos de este profeta, se vivía una época de irreverencia e inmoralidad y el pueblo de Israel se había cansado y comenzado a dudar si valía la pena caminar con el Señor.
Dios ha bendecido a muchas personas para que ejecuten una labor de “asistencia” y puedan llevar su palabra hasta el último rincón de la tierra.
Sandra Harris es una misionera que ha desarrollado el Colectivo Malawi, organización que brinda ayuda a cientos de familias en la República de Malawi, que se ubica al sureste de África.
La sociedad de Malawi es predominantemente rural y está apegada a sus creencias tradicionales, una mezcla de miedo y fatalismo. Con sus casi 20 millones de habitantes buena parte de su población tiene un bajísimo nivel de desarrollo, lo que en comparación con otros países de su región y del mundo lo ubican en una de las naciones con la peor calidad de vida. Es aquí donde Harris desarrolla su labor al llevar ayuda y la palabra de Dios.
El pastor Joel Osteen publicó hace unas semanas en su cuenta de X (ex Twitter) el siguiente mensaje a favor del trabajo que realiza Harris: “Juntos podemos servir como las manos y los pies de Jesús a las vidas de Malawi. Esperamos que esta actualización de Sandra lo anime y le agradecemos mucho todo su apoyo. Eres una gran bendición para Malawi”.
El pastor Osteen busca sensibilizar a otras instancias y personas que se puedan sumar a la que Sandra Harris ya realiza porque siempre hacen falta manos y voluntarios para mantener la asistencia a los habitantes de Malawi.
En su página principal Harris publica que su labor se fundamenta siguiendo a Jesús y amando a Malawi. “Todo lo que hacemos, no sólo como individuos, sino también como sociedad colectiva debe reflejar su carácter, sus caminos, sus planes y su amor por toda la humanidad”, señala.
Los sistemas, las estructuras sociales y las condiciones de vida desiguales para algunos son intolerables y desgarradores para Dios y, por lo tanto, deberían serlo para nosotros. En su conjunto los programas y proyectos que alcanzan a mujeres, niñas y hombres ha permitido desarrollar sus potenciales, además de hablarles de que Jesucristo puede trasformar sus vidas y cambiar su entorno, para que la crisis que hoy viven pueda ser en breve una zona que florezca.
Para obtener mayor información sobre Colectivo Malawi, contactarse con Sandra Harris y ofrecer algún tipo de ayuda, puede ingresar a https://malawicollective.org/
Fuente: La Prensa Cristiana