Se trata de un nuevo mandato por parte de la Oficina de Asuntos Religiosos de Zhejiang. Además, las iglesias también tienen que poner un cartel que diga lo siguiente: “Debe cumplir con la sinización de todas las religiones”. La sinización es la transformación de las tradiciones y doctrinas religiosas para que se ciñan a la sociedad china y a los objetivos del Partido Comunista Chino.
Desde que Xi Jinping es secretario general del Partido Comunista Chino y jefe de Estado, la sinización de todas las religiones ha sido un eje clave de sus políticas religiosas. En su informe de 2017 para el XIX Congreso del Partido, afirmó lo siguiente: “Vamos a aplicar íntegramente la política esencial del Partido sobre asuntos religiosos, insistir sobre la sinización de las religiones chinas y ofrecer una orientación activa para que la religión y el socialismo coexistan”.
Para poder entender mejor qué significa el nuevo mandato para las iglesias del país tanto a corto como a largo plazo, replicamos los comentarios de Li*, una colaboradora local de la ONG Puertas Abiertas. Li señaló que “los carteles podrían confundir a los creyentes, haciéndoles cuestionar si están entrando en una iglesia o en un edificio gubernamental”. Añadió que “el líder de la iglesia también estaría más controlado por las autoridades, sobre todo cuando se trata de tomar decisiones sobre la iglesia”.
Los líderes del grupo de iglesias de “las tres autonomías”, sancionado por el Gobierno, están preocupados por la nueva orden. Según Li “tienen que obedecer el mandato, no tienen alternativa. Las iglesias en casa siguen siendo clandestinas, no están reguladas por la ley. Cuando las autoridades las destapan, los creyentes cambian de lugar de encuentro y siguen con su actividad”.
Zhejiang es la segunda provincia más rica de China, con una población de 64,6 millones de personas y se cree que es el primer lugar en implementar este mandato de prueba.
“Podemos ver que las autoridades están sondeando el terreno”, afirma Li. “Todo indica a que el Gobierno está dando otro paso hacia la formalización del sector religioso y aquellas congregaciones más ‘ilegales’ serán reprimidas”.
Este acontecimiento pone de manifiesto los constantes esfuerzos del país por controlar todavía más a las iglesias. El Gobierno está lanzando un mensaje muy claro: los ciudadanos chinos deben su lealtad al Gobierno y la nación, incluso por encima de Dios.
Anteriormente, los centros religiosos de Zhejiang ya estaban obligados a colocar carteles en los que se indicara claramente los 12 valores socialistas fundamentales: “prosperidad, democracia, civismo, armonía”, los valores sociales de “libertad, igualdad, justicia y estado de derecho”, y los valores individuales de “patriotismo, dedicación, integridad y amistad”. Además, el Gobierno obligó a las entidades religiosas a izar la bandera nacional en el exterior de sus locales.
“Estos mandatos se ven claramente como la voluntad y determinación del Partido Comunista Chino de promover el patriotismo entre su pueblo y eliminar cualquier elemento occidental considerado como una amenaza para la estabilidad del país”, afirma Yue*, otro contacto local de Puertas Abiertas. “El Gobierno no aplica el corte de golpe, sino poco a poco, de un sector a otro”, explicó. “Primero en el sector de las finanzas, luego en los recursos humanos, después en el desarrollo, etc.”.
La situación ahora es de “esperar y observar”, dijo Yushua*, un contacto local e investigador de Puertas Abiertas. “Es difícil predecir lo que va a ocurrir. La retirada de cruces, también empezó en la provincia de Zhejiang hace varios años. La gente pensó que se extendería a escala nacional. Pero no ha sido así. Vamos a estar observando lo que pasa en los próximos días para discernir cómo actuar”.
*Los nombres de los contactos de Puertas Abiertas en China han sido cambiado por motivos de seguridad.
Fuente: Puertas Abiertas.