El Dr. Martin
Luther King Jr. habló de un viaje a través de la
aplicación metafórica y profética de narraciones bíblicas; habló de un
pueblo que llegaría a la
Tierra Prometida. En esencia, vio en Estados Unidos el día en que Josué y Caleb dejarían el desierto de
la desesperación y la desesperanza y entrarían a la tierra de
esperanza y oportunidades. No tengo duda de que hemos avanzado mucho en nuestro país. Hemos recorrido un largo camino
desde Egipto. Hemos recorrido un largo camino desde los
días de cautiverio en que el gobierno aprobó
el racismo y la abominación de la esclavitud. Gracias a Dios la temporada de Egipto ha
terminado.
No
obstante, puede que ya no tengamos las luchas de 1968, pero hemos descubierto
que hay gigantes en la Tierra Prometida. Aún
queda trabajo por hacer. Hay trabajo por hacer en los Estados Unidos de 2011
cuando más del 50 por ciento de los niños de las comunidades de color no se gradúan de la
escuela superior o cuando más de 30 millones de
nuestras familias viven en la pobreza. Hay trabajo por hacer
en Estados Unidos cuando los
traficantes de drogas
son más admirados que los predicadores, la integridad está pasada de moda, el carácter es secundario y los domingos en la mañana
siguen siendo los días más segregados del país.
Hay
trabajo por hacer cuando el estado de Arizona aprueba leyes que apoyan el de
facto perfil racial, o cuando los miembros del deseo Congreso castigan a
los niños por los pecados de sus padres mediante la revocación de su
ciudadanía, aunque hayan nacido en esta nación. Hay trabajo por hacer cuando
los niños y las niñas no pueden seguir estudios superiores, porque mamá
los trajo sobre sus espaldas mientras cruzaban hace muchos años.
No
podemos negar que los gigantes del miedo, la xenofobia, el nativismo, la intolerancia, la violencia
y la apatía ocupan la tierra. Pero creo en el sueño del Dr. King. Creo que llegará el día cuando la fe vencerá el miedo, la
esperanza silenciará la desesperanza y la caridad triunfará sobre el
odio.
Como
hispanos estadounidenses también enfrentamos gigantes que necesitamos vencer, pero no lo
podemos hacer por nosotros mismos. Lo necesitamos a usted. Estamos aquí para llevar el
pánico al reino de las tinieblas en el nombre de Jesús.
Pienso que estamos en el precipicio de un nuevo movimiento de los derechos civiles en Estados Unidos. Es un movimiento comprometido con la rectitud y la justicia. Es uno donde nuestras comunidades se reúnen, al igual que Josué y Caleb, y con fe en Dios declaran las palabras: por mi parte, mi familia y yo serviremos al Señor. Por lo tanto, seamos fuertes mientras llevamos el sueño del Dr. King a los barrios y Beverly Hills, desde Nueva York a Los Ángeles, desde Atlanta a Phoenix, Arizona; vamos a recordarle a los EE.UU. que el Reino de Dios no es rojo o azul, republicano o demócrata, inmigrante o nativo, sino que es recto, lleno de paz y gozo en el Espíritu Santo. ¡Seamos fuertes y valientes!
—Rev. Sammy Rodríguez, presidente de la National Hispanic Christian Leadership Conference.