La justicia de la que tienen hambre y sed los bienaventurados, es por
la justicia del evangelio de Jesucristo
. La palabra “justicia” significa “sin culpabilidad, inocente, puro, santo, de carácter recto, sin trampa y sin engaño”. De modo que los bienaventurados que tienen hambre y sed de justicia no desean engañar ni ser engañados, anhelan no hacer trampa, son gente que tienen hambre y sed de vivir una vida en paz, con una conciencia limpia. Este punto es muy importante, ya que en el momento en que nos desconectamos de nuestra conciencia, nos encontramos en peligro, porque la conciencia es el instrumento que Dios usa para guiarnos hacia el bien y apartarnos del mal. No obstante, Satanás puede nublar tu conciencia. ¿Cómo logra hacer esto? Él te ataca e invade tu mente, y tú alimentas la naturaleza de Satanás, es decir, le das paso a malos pensamientos y empiezas a hacer cosas erradas que según tu parecer están bien, perdiendo la brújula de la justicia del cielo.
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