Es un salmo de pocos versículos, pero nos da pistas ciertas para alcanzar lo que todo hombre cristiano que forma una familia tiene como meta o define como prioritario en la vida. Habla de su trabajo, esposa, hijos y nietos, dejándonos claro que Dios no nos mira como un punto aislado sino como un eslabón de una cadena. Cuando nos mira, nos ve generacionalmente. Y el bienestar de los nombrados depende exclusivamente de una cuestión: Temor a Dios. Para visualizarlo mejor podríamos definirlo como amar lo que Dios ama y aborrecer lo que Dios no soporta.
Seguido dice que “Anda en sus caminos” y para resumir podríamos decir que ora, lee su palabra, predica a otros y se relaciona bien con la Iglesia del Señor (4 columnas fundamentales de nuestra vivencia en los caminos de Dios). La piedad trae estabilidad, paz y frutos a nuestra familia.
El temor a Dios es una de las máximas condiciones que Jesús predicó acerca de la vida en el Reino de su Padre. Éste no es algo meramente abstracto, aunque es una obra espiritual. Está presente y se extiende por la vivencia de sus integrantes.
Nuestro desafío final no es sólo cómo vivimos bajo el gobierno de Dios sino también cómo equipamos y animamos a nuestros hijos para que lo vivan. El Reino es de amor, justicia, paz y esperanza; así debemos vivirlo para mostrárselo a ellos. La prueba inicial de haber percibido y abrazado ésta vivencia está en nuestras casas. Si no empieza allí, no puede seguir adelante en nosotros.
En el versículo 3, evocando a los hijos del hombre que teme a Dios, el salmista trae la imagen de una planta de olivo, símbolo de vitalidad y permanencia. Vitalidad porque es fuente de varios productos importantes para la vida y permanencia porque puede crecer en suelos y climas adversos para otros cultivos. Dos grandes separaciones son el olivo de cultivo y el silvestre. El olivo de cultivo es un árbol o planta importante con frutos grandes y valiosos. Por otro lado, el olivo silvestre es una especie de arbusto que tiene frutos pequeños y sin valor. A este olivo silvestre se lo considera como el originario que dio lugar a las razas de cultivos. Lo llamativo y de donde debemos tomar una gran enseñanza es que aún los mejores olivos pueden retomar el estado silvestre si no reciben determinados cuidados. Para meditar…