Los procesos son parte fundamental de la vida, la vida toda es un proceso. Ellos, cuando son bien direccionados y completados, nos permiten alcanzar nuestros objetivos, producen cambios, transformación, crecimiento y avance.
Este pasaje de Eclesiastés nos muestra claramente las partes que conforman un proceso y nos da claves para recorrerlos de manera exitosa. La primera frase nos habla de proceso, y de lo valioso que es cuando es completado, cumplido, terminado. Con un principio y un fin.
Por supuesto que es importante dar el paso inicial en las cosas y comenzarlas, pero seamos sinceros, no todo lo que empezamos implica que sí o sí lo terminaremos.
Comer saludable, realizar actividad física, desarrollar buenos hábitos en diferentes áreas de la vida, hacer cursos, capacitaciones, sacar tu licencia de conducir, tener tu tiempo devocional cada día… y agrega tu propia lista. ¿Cuántas cosas que nos proponemos quedan a medio camino? Y muchas veces es porque nos cuesta permanecer y continuar dando los pasos necesarios hasta ver su cumplimiento. En otras palabras, porque no estamos dispuestos a pagar el precio del proceso hasta llegar al objetivo.
Los procesos son necesarios para alcanzar lo que nos proponemos, para que no queden en el primer paso nada más. Las cosas que valen la pena no son mágicas ni instantáneas, llevan tiempo, requieren constancia y perseverancia. Y para esto necesitamos paciencia, que es la clave que nos da la segunda parte del versículo que vimos al principio. Paciencia para permanecer en el camino, en la práctica, en el emprendimiento y en el hábito que hemos comenzado.
El versículo también nos advierte cuál es el principal enemigo de la paciencia y por ende de completar los procesos: el orgullo. Otras versiones hablan de arrogancia. Y es que el orgullo y la arrogancia cortan los procesos y nos impiden obtener y disfrutar de los resultados de terminar lo que hemos empezado, porque nos llenan la mente con pensamientos como: “esto no es para mí”, “¿para qué voy a cambiar si así estoy bien?”, “siempre hice las cosas así y tan mal no estoy”.
Necesitamos desarrollar una actitud paciente mientras avanzamos, porque no todos los días vamos a tener las mismas ganas o ánimo, no siempre se van a dar las cosas como esperamos, o “se nos van a alinear los planetas”. Pero solo si perseveramos con paciencia veremos los resultados.
¡Que satisfacción da ver cumplido lo que nos propusimos! ¿Verdad? Cuando logramos adquirir aquello para lo que estuvimos ahorrando, cuando tenemos nuestro título en la mano luego años de estudio o aumentamos la productividad en nuestro trabajo por la capacitación que completamos, cuando mejoramos nuestra calidad de vida por los nuevos hábitos que hemos incorporado y mantenido y tantas cosas más.
Y podemos mirar hacia atrás y ver que todo lo que pasamos para llegar hasta ahí valió la pena, aunque seguramente hubo momentos en los que pensamos en abandonar, pero seguimos adelante y llegamos a la meta.
Significa que hemos comenzado, transitado y culminado procesos que nos han llevado a nuevos niveles de calidad de vida, de disfrute, de capacidad y de influencia. Niveles que nos abrirán puertas a más y mejores oportunidades y a otros procesos para seguir avanzando y creciendo en el propósito que Dios tiene para nuestras vidas.
Los procesos se viven mejor en compañía, por eso rodéate de personas que te inspiren, que te impulsen y te animen a seguir adelante.
Cuando te veas tentado a abandonar algo que comenzaste y sabes que es bueno para tu vida, que es la voluntad de Dios para ti, recuerda estas palabras y sigue adelante con paciencia hasta ver el cumplimento:
“Más vale un buen final que un buen principio. El que tiene paciencia llega a las metas; el orgulloso habla mucho, pero no logra nada” (Eclesiastés 7:8 TLA).
¡Vamos! ¡A seguir creciendo y avanzando!
“Señor ayúdame a llevar a buen fin cada proceso que tenga que vivir, que como dice tu palabra, produzcas en mí el querer como el hacer para llevar a cabo tu voluntad. Que renueves mis fuerzas cuando me sienta tentado a abandonar o cortar los procesos en mi vida y me ayudes a rodearme de personas que me impulsen y animen a seguir, a la vez que yo pueda ser esa persona para otros”.