En pocas palabras el famoso psicólogo habla en su libro del concepto de la felicidad desde diversas perspectivas, abordando cómo nuestras experiencias, pensamientos y emociones afectan nuestro bienestar. Además, enfatiza la importancia de la autocomprensión, la aceptación de los momentos difíciles y la necesidad de encontrar un equilibrio interno para poder experimentar una vida plena, más allá de la perfección que a menudo se busca en las circunstancias externas.
¿La Biblia podría ayudarnos a entender cómo podemos buscar la felicidad en un mundo que muchas veces atenta contra ese estado de satisfacción?
Si bien la palabra “felicidad” tal como la entendemos hoy no aparece de manera explícita en la Palabra de Dios, aparecen conceptos relacionados con la felicidad, como el bienestar y la bendición, que son recurrentes en las Escrituras. Por ejemplo, en muchos pasajes, se habla de “bienaventurados” (como en el Sermón del Monte de Jesús en Mateo 5, donde se mencionan las bienaventuranzas) o “bendecidos”, que se asocian con la dicha y la plenitud espiritual.
En otras traducciones, la idea de la felicidad se transmite con términos como “alegría”, “gozo” y “paz”, que se refieren a una felicidad profunda que proviene de la relación con Dios y de vivir conforme a sus enseñanzas. Ah, y todo esto y mucho más, lo podemos encontrar en el Libro (en realidad 66 libros en uno) más impreso y leído de la historia.