Una paciente que atiendo activamente en la oficina fue abandonada por alguien que considera “el amor de su vida”. El hombre con quien compartía una historia de amor y una familia, aquel que múltiples veces le prometió que nunca la dejaría, se alejó con ira para nunca más regresar y bloqueó toda comunicación con ella. Esta mujer sintió su mundo colapsar y arder en llamas. Todo lo conocido, lo que era su lugar seguro, lo que le brindó estabilidad y confianza, dejó de existir. Esto le sucedió en un momento en que ella luchaba con la depresión, la ansiedad, el nido vacío, la demencia de su madre, una transición menopáusica y la muerte de su amado perrito. Se quedó literalmente sola. En cada rincón de la casa solo quedaron espacios vacíos, silencios dolorosos y recuerdos. Sin embargo, Dios se convirtió en su consolación y comenzó a comprender que debía perdonar, liberarse, sanar y rendirle su voluntad al Señor. Ella empezó a disfrutar de otras experiencias y a renovar su confianza en los demás, en sí misma y sobre todo en Dios.
Las personas que han sido heridas emocionalmente pueden desarrollar una barrera protectora para evitar volver a experimentar el dolor emocional. Existen creencias internas limitantes negativas —como “No puedo confiar en nadie” o “Todos son egoístas”— que pueden alimentar el temor a confiar. Es posible que estas creencias estén arraigadas en experiencias personales o en observaciones de lo sucedido a relaciones cercanas.
El temor a confiar en otras personas es un fenómeno psicológico complejo que puede afectar profundamente las relaciones interpersonales y el bienestar emocional. Los orígenes de este temor pueden remontarse a experiencias pasadas de traición, abandono o manipulación. Estas experiencias pueden dejar cicatrices emocionales y generar la percepción de que hay un riesgo elevado en abrirse emocionalmente a otros. ¿A quién no le han herido las acciones o las palabras de otra persona al punto de que se lacera la confianza?
“Las dificultades en la confianza” es una expresión que se utiliza para describir problemas específicos que una persona puede experimentar al intentar confiar en otros, incluyendo la tendencia a mantener una distancia emocional o a ser cautelosa en las relaciones. En innumerables ocasiones les he dicho a mis pacientes en la consejería: “¡Te estás protegiendo demasiado!”
El temor a confiar puede denominarse de diferentes maneras en el ámbito de la conducta humana y en el clínico, aunque no existe un término específico único y universalmente aceptado para referirse de forma exclusiva a este miedo. Algunos términos y conceptos relacionados que se utilizan para describir este fenómeno incluyen el “miedo a la intimidad”, el cual se refiere al temor a establecer relaciones estrechas y cercanas con otras personas debido a la preocupación por la vulnerabilidad emocional y el posible riesgo de ser herido. Además, la desconfianza interpersonal hace referencia a la falta de confianza en otras personas, que puede manifestarse como un patrón generalizado de desconfianza debido a experiencias pasadas negativas o percepciones de riesgo elevado.
El temor a confiar puede dificultar el establecimiento de relaciones íntimas y significativas. También puede generar distanciamiento emocional, dificultades para abrirse emocionalmente y problemas de comunicación. Aunque el temor a confiar tal vez proporciona una sensación de seguridad al evitar posibles decepciones o traiciones, también puede llevar a la soledad y el aislamiento emocional si se vuelve demasiado extremo. A esto se le llama autoprotección versus aislamiento. Superar el temor a confiar puede ser un proceso gradual que involucra trabajar en la autoestima, desafiar las creencias limitantes, aprender a establecer límites saludables y practicar la vulnerabilidad gradualmente con personas de confianza. Creo con todo mi corazón que, si has estado batallando con este problema, lograrás la sanidad. Comienza a través de la experiencia de la fe.
Tomado del libro “No temas”, de Lis Milland, de reciente aparición. “No temas” es un producto de Casa Creación.