Nos encontramos en enero, ¿puedes creerlo? Sí, estamos a mitad del primer mes de todos los meses que vienen por delante y comenzamos a establecer, de alguna manera, qué vamos a hacer, cómo lo vamos a hacer, a dónde queremos llegar.
Y me dirás: “Sí, sí, lo mismo de siempre”. Pero, ¿sabes qué? Estoy cansado. Por lo que viene a mi mente el meme que dice: “¡Estoy cansado jefe!” Sí, estás cansado porque quizá aun no tuviste tus vacaciones, porque los problemas todavía siguen y el comienzo de 2025 fue, ni más ni menos que cambiar el número 4 por el 5.
¿Y sabes qué? Te super entiendo. Porque está bien que podamos reconocer que estamos cansados o que las cosas no estarían fluyendo como el común de las personas estipulan que deben salir. Pero también debo decirme a mí y tengo la obligación de decirte a ti que Jesús está con los brazos abiertos de par en par para permitirnos que podamos descansar en Él.
¡Stop! No te hablo del cansancio físico solamente, te hablo de ese cansancio mental, ese del cual aún no pudiste frenar, te hablo de las noches de insomnio que no te dejaron descansar, hago referencia a las decepciones que trajeron consigo las “Fiestas” mientras mirabas las fotos (son solo fotos) de tus contactos y tú te encontrabas solo, sin saber cómo seguir el día de mañana, diciendo una vez más: “Estoy cansado, jefe”.
Podríamos darle tantas atribuciones al texto, un texto tan simple de entender, pero tan complejo de aplicar. Aplicar implicaría decirle a Jesús, “Jefe, acá estoy, cansado, desbordado, sin saber qué hacer estos 12 meses que me quedan por delante”, pero con la certeza de que vas a recibir la respuesta más sana, fuerte y eficaz para tu vida.
¡Vamos, levántate! Y cada vez que veas el meme: “¡Estoy cansado jefe!” sonrías y te digas a ti mismo: “cansado, pero con el mejor de los jefes de guía”.
“Señor, ayúdame a depositar todas mis cargas en tus brazos. Y que mi corazón pueda entender que no estoy solo, sino que tú estás a mi lado siempre”.