Puede que estés buscando respuestas, sentado en medio de un mundo que a veces parece no tener dirección. A lo mejor has intentado encontrar la paz en diferentes cosas, pero nada ha llenado ese vacío por completo. Jesús es el único que puede darte esa paz y propósito que tanto anhelas. Él mismo dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie llega al Padre sino por mí” (Juan 14:6). Jesús no solo ofrece un camino; Él es el camino.
Al conocerlo, experimentarás un amor incondicional que te abraza tal como eres. “De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16). Jesús vino para darte una vida plena y con propósito.
Seguir a Jesús no significa que todos tus problemas desaparecerán, pero sí que ya no los llevarás solo. Él mismo te promete: “Vengan a mí todos los que están cansados y llevan cargas pesadas, y yo les daré descanso” (Mateo 11:28). Con Él, la carga se hace más ligera porque no estás solo, y además, tienes una gran familia que te espera: la familia de la fe. Es una comunidad que te apoya, te anima y camina junto a ti en los momentos buenos y malos.
No estás aquí por casualidad. Jesús te está llamando a conocerlo, a experimentar su amor y a encontrar en Él el propósito que le dará sentido a tu vida. Hoy puedes empezar ese camino que, aunque no es fácil, es el mejor que puedes recorrer.