Pensaba en una ex compañera de colegio. Excelente persona, trabajadora, creyente y llena de admirables valores. Pensaba y me ponía triste recordando la serie de eventos traumáticos y momentos desesperantes a los que tuvo que hacerle frente a lo largo de toda su vida. La pregunta llegó de inmediato: ¿Por qué a la gente buena le pasan cosas malas?
Recordé el cuento del periodista argentino Alejandro Dolina, “El árbitro demasiado justo”, donde el protagonista “siempre procuraba favorecer a los buenos y castigar a los canallas”. ¿Por qué en la vida no es así? ¿Por qué parece a veces que los castigados son los buenos y que a las malas personas todo les va bien? A veces queremos, quiero, que Dios sea ese árbitro que castigue a los malos y favorezca a los buenos y nos enojamos con él cuando las cosas no son de esa manera. Yo estaba así con lo de mi amiga y elevé mi queja: ¿Señor, por qué lo permitiste?
Sin embargo, mi pregunta se respondió con otra: “¿Y por qué no han de pasarle cosas malas a la gente buena?” Jesús no nos prometió que por tener una vida recta, donde las cosas iban a ser fáciles.
Por otro lado, pretender que a los malos les vaya mal en este mundo, contradeciría lo que él nos enseñó del Padre, que “hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos” (Mateo 5: 45-48), y añade: “sean perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto”.
“Señor, necesito aprender a confiar en que Tú venciste y que aunque muchas veces a la gente buena no le vaya de la mejor manera, o no reciban una paga acorde a sus acciones, o tengan que atravesar por injusticias; Tú venciste y tengo que confiar. Ayúdame a entender que Tú no eres ese árbitro de fútbol que por demasiado justo terminaba cometiendo injusticias en sus cobros, ni yo tampoco lo soy. Al fin de cuentas, Señor, se trata de no pagar mal por mal, de bendecir, de tu amor perfecto que venció al mundo y que me ayuda a atravesar toda circunstancia difícil, por injusta que me parezca y me perfecciona para parecerme cada día al Padre bueno”.