Un psiquiatra canadiense llamado Eric Berne instauró el término: Guion de vida. Él plantea que todos somos escritores para los demás, y alguien ha escrito un guion para nosotros. Somos guionistas para alguien, y la vez somos actores y representamos papeles que otros nos escribieron.
Puede ser confuso, pero mientras intentamos degustar esa idea, repasemos por un momento la lista de factores que nos abrazaron desde que llegamos a este mundo. Los brazos de mamá, el aroma de ella, la sonrisa de papá, la alegría de la familia, una casa, un dormitorio, regalos, mimos, besos, leche, abrigo, etc. etc. Los estímulos sociales que nos acompañaron durante nuestro crecimiento formaron una personalidad. La cultura familiar que papá y mamá fusionaron, nos arropó cada mañana.
Hay decisiones que nuestros padres tomarán por nosotros, hasta que seamos capaces de poder crecer y madurar. Cuando la adultez nos visite y estemos listos para emprender nuestro propio viaje. Ese guion de vida nos ayudará, no solo en la dirección que debemos tomar, sino a ser conscientes cada paso de realidad que tomemos.
Ruth se encontraba en una encrucijada difícil. Su esposo había muerto, su suegro también, su cuñado corrió la misma suerte. Un luto había invadido la familia de Noemí (su suegra). Debía tomar una decisión. Su suegra les quitó el peso de cualquier responsabilidad familiar, diciéndoles, “por favor, vayan a sus casas, hijas; nada tienen que hacer aquí”. Esas fueron las palabras para Ruth y Orfa. Esta última con un beso, pone punto final a ese vínculo familiar, y se marchó. Ruth por su parte, se quedó con Noemí e inmortalizó uno de los poemas más bellos que he leído en la Biblia.
Ruth decidió cambiar de rumbo. Podría haberse marchado, podría haber huido como Orfa. Había una casa familiar que la esperaba. Había una historia que habían escrito para ella en su pueblo. Sin embargo, decide agregarle a su libreto algo nuevo. Reponerse del pasado, y permitir que Dios sea parte de su nueva etapa.
Todos tenemos la chance de poder escribir un nuevo capítulo en nuestro guion de vida. Puede que hayan decidido por nosotros muchas veces, la familia que Dios nos regaló nos dio lo necesario para crecer. La cultura familiar que nos abrazó por tanto tiempo, nos enseñó un camino.
Pero en esta nueva temporada, las decisiones no solo son nuestra exclusividad, sino Dios es el centro de todo. Y sobre este nuevo libreto, hay expectativa de lo que puede llegar a ocurrir.
“Querido Dios, decido ser consecuente con lo que sueñas con mi vida, decido entregar toda mi atención a tu plan. Por ello, viviré, estudiaré, luchare y moriré. Quiero vivir solo para tu propósito. Es lo que me hace sentir vivo. Gracias por esperarme y ser bondadoso conmigo”.