Hablar de Arturo Allen es referirse a uno de los íconos de la industria cinematográfica del ambiente cristiano de América Latina. El boom del cine cristiano, se sabe, no comenzó con él, pero sí fue un factor importante en el desarrollo del séptimo arte como un elemento evangelizador de relevancia en los últimos 20 años.
Cuando allá lejos y haciendo tiempo a Arturo se le ocurrió que el cine podría ser un buen instrumento para reflejar la fe cristiana, muchos pensaron que era un aventurado y que su cruzada no tendría el éxito que finalmente tuvo. Al respecto, Arturo cuenta que durante la mayor parte de su carrera profesional estuvo inmerso en el mundo de la música. “Eso me llevó a producir videos musicales para diferentes cantantes cristianos a quienes estábamos filmando en Rusia. Fue algo muy novedoso para nosotros y al poco tiempo nos encontramos produciendo el primer largometraje desde CanZion Films. Fue la película ‘Poema de Salvación’. Este film lo produje junto a Pablo Muñiz y lo filmamos en Buenos Aires. Se podría decir que ese fue el origen de CanZion Films y esta película, particularmente, era un proyecto pensado para lanzar directamente en DVD. Pero sucedió que en plena posproducción, algunas personas del INCAA (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales en Argentina) estaban viendo nuestro trabajo y pusieron en nuestras cabezas la gran pregunta: ¿por qué no la estrenamos en el cine? La idea nos dio vueltas hasta que tomamos la decisión de dar un gran paso de fe”.
No iban a faltar los inconvenientes. Allen ya venía de tener experiencias comerciales desde el mundo de la música y sabía lo difícil que era intentar inmiscuirse en el mercado general. Y más aún, lo distinto que iba a ser eso en materia de cine. ¿Qué distribuidor se interesaría en tener en su catálogo una película con valores cristianos? “Decidimos empezar a hacerlo nosotros”, revela Arturo, y agrega que “comenzamos a golpear las puertas de los cines hasta que la cadena Cinemark nos abrió las puertas para que la proyectemos. Lo que en principio era una semana, se convirtió en dos y luego tres, y luego en otros países al punto tal que llegamos a proyectar ‘Poema de Salvación’ en salas de cine de 19 países de Latinoamérica”.

Tras ese golpe de efecto, en CanZion se abrió una división encargada exclusivamente a los asuntos de la pantalla grande. Allen lo relata de esta manera: “En principio nos íbamos a abocar a la producción de cine, pero las cosas se fueron dando de manera tal que nos convertimos en distribuidores de muchísimos títulos de productoras de los Estados Unidos, como Sony y Pure Flix. Hicimos algo que nadie quería hacer por el desconocimiento del potencial que había, de tanta cantidad de gente que deseaba ver este tipo de cine. Así que fue por ahí que entramos nosotros, pero al principio fue difícil ya que había países donde la mentalidad estaba muy cerrada a estas nuevas manifestaciones artísticas. De hecho, en varios lugares se seguía considerando un pecado ir al cine, así que, imagínate. Fue un proceso de enseñanza, de hacerle entender a los cristianos que teníamos otra opción de cine que podía ser usado como una herramienta evangelística”.
Lo que parecía un emprendimiento, creció a pasos agigantados y hoy, desde la compañía pueden hacer gala de ciertos números que asombran: “Dentro de las películas de mayor asistencia entre las que distribuye CanZion Films puedo nombrar ‘Dios no está muerto’, ‘Cuarto de guerra’, ‘El remamente’ y ‘Poema de Salvación’, que a pesar de que fue la primera película sigue estando entre las de mayor asistencia de las que están en nuestro catálogo de distribución en Latinoamérica. Fue vista en salas por más de 500.000 personas y unas 20.000 aceptaron a Cristo tras su proyección en salas”.
Siempre retumba la pregunta: ¿Por qué será que llegamos tarde a todos lados? Al principio, rogábamos que haya un director o un actor cristiano, y con el tiempo se fue dando. Hubo conversiones de actores conocidos, pero hay pocos actores nacidos en el seno de la iglesia. ¿A qué se debe? Arturo tiene su visión al respecto y considera que “no creo que siempre lleguemos tarde. Creo que tuvo que ver con una mentalidad. Durante muchos años existía la mentalidad en el cristiano que el músico cristiano solo debía hacer música cristiana. Y con la actuación pasó lo mismo. La experiencia se obtiene de estar trabajando en diferentes proyectos. Y si un actor no lo está haciendo, no está actuando, es muy difícil que obtenga esa experiencia para que realmente llegue a ser bueno. Y también va de la mano de la popularidad y el reconocimiento de la gente.”
Hoy día se está viendo ese rodaje con la productora de los hermanos Kendrick, por ejemplo, donde surgen nuevos actores tras cada película que presentan. “Eso se está dando mucho en los Estados Unidos, no así en el resto de América Latina. Y también está el fenómeno de la cantidad de actores conocidos que se convierten al evangelio y lo cuentan públicamente”, reflexiona Allen.
Juntamente con el crecimiento de la industria cinematográfica cristiana fue creciendo la demanda de público cristiano que hoy día, se pone exigente. Arturo marca un escenario sobre el cual sienta las bases del trabajo que están realizando actualmente y que obedece, precisamente, a esa demanda. “Durante la pandemia, al estar encerrados, vimos una inmejorable ocasión para ponernos a escribir, y así fue que guionamos una película que estamos filmando en la ciudad de México. Y algo de lo que siempre hablamos con la gente de otros países cada vez que surge el tema del cine y de qué tipo de cine cristiano les gustaría ver, hay una respuesta recurrente y tiene que ver con el interés por ver comedias cristianas. La comedia, como se sabe, es de los géneros más taquilleros a nivel Latinoamérica. También, al traer tanto cine desde los Estados Unidos, otra de las demandas es sobre películas que hablen acerca de la realidad del cristianismo en América Latina. Así que tomando esos dos puntos principales hicimos esta comedia que refleja la vida de una familia cristiana latinoamericana. La película se llama ‘Nosotros, los De la Fe’ y relata la travesía de fe de una familia cristiana, donde el papá es el pastor y la familia es muy legalista. Básicamente con diferentes situaciones cómicas vemos cómo esta familia tan cerrada va cambiando su manera de ver las cosas hasta que encuentran la libertad en Cristo. Es una película muy divertida. La dirigió el portorriqueño Julio Román, el productor fue Leobardo Cisneros y el director de fotografía fue Alexander Vatalev”.

La conversación va llegando a su fin y los gestos de Arturo Allen dejan entrever que quiere seguir desgranando conceptos acerca del enriquecedor camino del cine cristiano en América Latina, y se hace inevitable ese monólogo final, donde el entrevistado da rienda suelta a todo aquello que el cronista omitió preguntar.
“Definitivamente el cine ha tomado en los últimos años una relevancia muy importante en el mundo cristiano. Y creo que tiene que ver con varios aspectos, y el primero es la calidad. Y no solamente la calidad técnica, sino al nivel de la escritura. Las historias que se han estado contando han sido muy relevantes, impactando al público de manera significativa. A su vez, las cadenas de cine le están dando la debida importancia. Se ve algo que no se veía hace unos años, y es la de estrenos de películas cristianas en las salas de cine. Ha habido películas que tuvieron gran impacto, no sólo en los Estados Unidos sino también en algunos países de Latinoamérica.
Por otra parte, la iglesia ha visto en el cine una gran herramienta evangelística. Hemos podido ver cómo las iglesias se organizan y van al cine, e invitan a gente que tal vez no quiere entrar a un templo. El cine es un territorio neutro y de pronto la gente tiene la oportunidad de escuchar un mensaje cristiano. Lo vimos muchísimo en América Latina. Como te contaba antes, nuestra primera película estrenada en cine fue en 2009 y pudimos palpar esta realidad, con más de medio millón de personas que pasaron por la sala de cine, en tanto que unas 20 mil personas decidieron aceptar a Jesús como Salvador luego de ver esta película durante una proyección pública”.