“¿A quién iré en necesidad? ¿A quién iré en busca de paz? ¿Y quién podrá mi vida saciar de verdad? ¿Quién más tendrá de mí compasión? ¿Y entenderá mi corazón? ¿Quién cambiará mi eternidad? Sino Tú, Jesús”. Si has leído estas líneas y vino a tu mente una cierta melodía, es porque llevas varios años compartiendo esta fe.
“Señor”, contestó Simón Pedro, “¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos creído, y sabemos que Tú eres el Santo de Dios”. (Jn. 6:68-69).
Este pasaje bíblico retrata una charla entre Jesús y sus discípulos, que encontramos en el capítulo 6 del evangelio de Juan. Pedro es quien dice estas célebres palabras de una manera tan genuina y sincera en contraposición de la desaprobación de muchas personas al ministerio de Jesús. Sin embargo, siguen siendo palabras tan vigentes ante un mundo que todos los días le da la espalda a Dios. Por eso hoy tienes una nueva oportunidad para decirle que piensas de él.
En esta vida de fe, como hablamos al principio, puede que ya tengas varios años o unos pocos, o tal vez aun no te has decidido. Déjame decirte que este estilo de vida no se trata solo de orar, leer, cantar y congregarnos como parte de una rutina; hay mucho más que eso. Es permanecer, habitar en Él, con Él y para Él; esa es la propuesta que Jesús nos hace como producto de su amor. Nos quiere tener ahí cerca, compartiendo a cada instante. Nosotros simplemente debemos ser recíprocos a esa invitación, porque como bien sabemos, Él nos eligió primeros a nosotros. ¿Y tú, qué vas a elegir hoy?
“Gracias, Dios, porque hoy tengo una nueva oportunidad para decidir por mí con libertad. Conoces mis pensamientos, sentimientos e intenciones del alma, sin embargo aun así tu palabra me dice que no me dejas de amar a pesar de todo lo malo que pueda haber en mí. Hoy con mis palabras te quiero decir lo que significas para mí y quién eres en mi mundo. Gracias, Jesús, por tu obra de amor, no solo en la cruz sino a cada instante en presencia de nuestro Padre Celestial.”