Según estadísticas arrojadas tras un exhaustivo relevamiento de las distintas agencias misioneras, uno de cada ocho cristianos es perseguido en el mundo. Por supuesto, no todos con el mismo grado de dificultad, ya que la persecución a cristianos toma diferentes formas. Según el ministerio Puertas Abiertas, la define como “cualquier hostilidad experimentada como resultado de la identificación con Cristo”.
El martirio a los cristianos sigue siendo un problema para los creyentes de todo el mundo, incluyendo el riesgo de encarcelamiento, pérdida de hogar y bienes, tortura física, violación e incluso la muerte como resultado de su fe. Todos los días, Puertas Abiertas recibe nuevos incidentes que en promedio indican que por mes:
-345 cristianos son asesinados por razones relacionadas con la fe
-105 iglesias y edificios cristianos son quemados o atacados.
-219 cristianos son detenidos sin juicio, arrestados, sentenciados y encarcelados.
Una visión global del asunto la da Daniel Bianchi, quien lleva cuatro décadas dedicado a las misiones, no solo en el campo de acción, sino también desde su participación en agencias misioneras, y comunicando las novedades de la actividad evangelística en territorios adversos. “La persecución de los cristianos es una realidad cada vez mayor en el mundo. Sin embargo es también una de las más silenciadas y poco visibles. Es lamentable que, incluso una parte de la iglesia, no la tiene en cuenta. Al pensar en persecución tenemos en cuenta un arco que va desde restricciones leves, pasando por moderadas, severas hasta situaciones de encarcelamiento, castigo y muerte. Si bien el tipo, la intensidad, el alcance y las fuentes de persecución pueden variar de uno a otro país, incluso en un mismo lugar, lo que no admite dudas es que existe”.

Persecución “psicológica”
Claro está, existen países donde, aunque no llegan a estos extremos, sí implementan otro tipo de persecución que podría catalogarse como más “psicológica”, desde el ninguneo al trabajo de las iglesias, la no convalidación de la opinión cristiana al respecto de ciertos temas que atañen a la sociedad y el cercenamiento de espacios en los medios de comunicación masiva. El periodista argentino Damián Sileo, quien ha trabajado arduamente en el sector provida durante los debates por el aborto en la Argentina, sostiene que “aunque en nuestro país gozamos de libertad para expresar y compartir la fe y ejercer nuestro culto, es evidente cierto grado de animosidad que existe en algunos ámbitos cada vez que la voz cristiana quiere alzarse sobre algunos temas. Por supuesto que no hay punto de comparación entre esto y las historias de misioneros que han dado, literalmente, sus vidas por causa de Cristo. Pero no podemos dejar de saber que en varios países donde hoy se prohíbe el Evangelio, se comenzó con una tibia persecución.
Cuando, en la Argentina, se produjo el debate sobre el aborto, por caso, cada vez que se quería esgrimir algún razonamiento basado en la fe, tanto políticos como comunicadores sociales han ridiculizado esas opiniones reduciéndolas a una discusión religiosa y por lo tanto, carente de validez para pelear por el derecho a la vida. Por otra parte, es notable la desigualdad de la presencia evangélica en los medios de comunicación, donde la única forma de acceder es pagando cifras siderales para tener solo unos minutos en el aire en las grandes emisoras de radio y televisión. Es curioso el caso de la Televisión Pública Argentina, que por ley (Nro. 26522, art. 121 de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual), debiera ser ecuánime al otorgar espacios gratuitos a las principales confesiones religiosas del país en nombre de la promoción del pluralismo social, cultural, político, étnico y religioso. Sin embargo, solo existen programas católicos, judíos y hasta islámicos, pero no hay lugar para programas evangélicos, siendo que es el segundo credo que se profesa en la Argentina”.

¿Dónde se persigue a los cristianos de manera más dañina?
Según el informe de Puertas Abiertas, “las tendencias muestran que los países de África, Asia y Medio Oriente están intensificando la persecución contra los cristianos, y quizás las más vulnerables son las mujeres cristianas, que a menudo enfrentan una doble persecución por su fe y también por su género. Mientras tanto, en Latinoamérica, la persecución a los cristianos toma lugar en países como Colombia y México, utilizándose de diversas herramientas para oprimir al pueblo de Dios”.
Tal vez suena curioso que en la lista estén incluidos países tan religiosos como México y Colombia, donde hay iglesias cristianas en constante crecimiento. Según la visión de Bianchi, “la violencia que está tomando control de estados y regiones enteras de México, por ejemplo, pone en jaque también a los cristianos. Un pastor con varias décadas de servicio entre poblaciones indígenas me señalaba que tiempo atrás tuvo que ver muchos casos de persecución violenta contra los cristianos en muchas zonas del país. En la actualidad lo que enfrentan es una violencia generalizada sobre todo en zonas urbanas e industriales. En algunos lugares rurales también hay limitaciones o restricciones para los cristianos evangélicos. Esto lo han sufrido las iglesias de la zona controlada por el narcotráfico también en Colombia. La violencia allí ha generado millones de desplazados internos según el ACNUR (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados)”.
Los barcos misioneros
Unas de las herramientas misioneras más valiosas que existieron en los últimos tiempos, son los barcos misioneros. Estos cruceros transportan cientos de evangelistas que hacen paradas en los más diversos puertos del mundo, teniendo, de esta manera, la posibilidad de conocer innumerables culturas, credos y realidades de quienes están internados en el campo misionero en países poco amigables para el Evangelio. Dora Arellano Constantine ha sido tripulante del Barco Logos II durante dos décadas. Hoy, pastorea junto a su marido una iglesia en la isla de Trinidad & Tobago, pero mantiene contacto fluido con varios de sus ex compañeros y el tema de las misiones siempre ocupa lugar en su agenda. Dora da su punto de vista acerca de la persecución de cristianos en países que han mostrado intolerancia a partir del monopolio de sus propios credos. “Claramente vemos que Dios nos envió a todas las naciones no solo a las que nos recibirán con brazos abiertos, aun siendo perseguidos debemos continuar en obediencia a nuestro llamado.

Así como el Señor le dijo a Pablo: ‘Tengo muchos en esta ciudad (Corinto) que son mi pueblo’, también Dios ya ha elegido para sí un pueblo de entre los musulmanes del mundo para escuchar el evangelio, creer y ser salvo, a pesar de las adversidades. Ese mismo Dios, en amor, nos mandó a hacer discípulos de los pueblos musulmanes de la misma manera que el Maestro fue con quienes lo arrestaron. ¿Por qué nuestra actitud debería ser diferente de la de nuestro Señor? El misionero cristiano que busca involucrar a los musulmanes debe estar total y completamente impulsado por el amor.
Si nos cuesta creer que el Espíritu de Dios pueda moverse tan poderosamente en la oscuridad espiritual del Medio Oriente, o en cualquier corazón, nos estamos olvidando tanto del compromiso de Dios con su propia gloria como de la profundidad de nuestras propias tinieblas antes de que Cristo resplandeciera en nosotros.
Admiro mucho a mis amigos misioneros sirviendo en estos países de persecución y aprecio la libertad que tengo en Trinidad & Tobago en donde hay aproximadamente un millón de musulmanes con quienes puedo compartir a diario ya que no pertenecen a grupos extremistas”.

¿Quiénes son realmente estos cristianos perseguidos?
“Son personas como tú y yo. Cristianos que tienen anhelos y sueños como cualquiera de nosotros. Pero, debido al lugar y contexto donde se encuentran han enfrentado serias consecuencias para vivir una relación con Dios”, sostiene el informe de Puertas Abiertas. Y menciona un par de casos testigo: “En Pakistán, una mujer fue víctima de las rígidas leyes de blasfemia al criticar el profeta Mahoma. Asia Bibi fue condenada a años en el corredor de la muerte por mantenerse fiel a su fe en Jesucristo. Después de casi diez años, Asia fue liberada y a pesar de la reprobación de la comunidad musulmana en su país, ahora puede vivir junto a su familia en otro continente”.
Mientras tanto, en Irán, “Yousef Nadarkhani, un líder cristiano, es considerado una ‘amenaza a la seguridad nacional’ por causa de su fidelidad y posición en la iglesia. Por ello, fue arrestado varias veces, y actualmente mantiene una condena en la prisión más temida del país. Esta historia se repite en el testimonio de una niña en Nigeria, Leah Sharibu, que fue secuestrada en su escuela en la ciudad de Dapchi. Todas sus amigas fueron liberadas o asesinadas. Pero, Leah permanece en cautiverio por no negar su fe”.
La música como pasaporte para alcanzar a otras culturas
Estas historias no son casos aislados. Por el contrario, representan más de 260 millones de cristianos que actualmente enfrentan oposición y dificultades por profesar su fe en Jesucristo. El músico argentino Julio Vallejos ha sabido moverse en ambientes donde el Evangelio es esquivo. A él le gusta el término “transcultural” para referirse a su misión de llevar la Palabra de Dios a través de la música en países cuya cultura es totalmente opuesta. Su experiencia en países hindúes lo erige como palabra autorizada para referirse a la realidad misionera en Oriente. “En mi caso como artista de la música, no es algo muy común en el ámbito de las misiones. En lo personal me identifico como ‘obrero’ ya que es un término que siento más bíblico y no marca una distinción entre mis hermanos que sirven en distintas áreas, perfiles, ciudades, etc. Sé lo que es vivir en una persecución indirecta. En India el sistema es democrático pero el gobierno es hindú ortodoxo con ideología hindú. Toda su política y sistema están procurando atraer a los que dejaron el hinduismo y para esto, desde el 2015 al 2017 han hecho salir a más de 700 obreros de diferentes nacionalidades entre los cuales estábamos mi esposa y yo. Que por ser músico y ella profesora de idioma nos tuvieron algo de contemplación y en vez de echarnos nos dieron 4 días para abandonar el país, después de haber vivido 10 años. Otros que estaban y pertenecían a organizaciones misioneras, les tocó una experiencia aún más dura de mal trato y desarraigo. Hay países en los que existe persecución y otros en donde lo que hay es una creciente presión. A quienes servimos a Dios sabemos que son los últimos tiempos y no es algo que vaya a mejorar o cambiar. De hecho no soy de los que creen que nuestra tarea sea el procurar algún cambio para nuestro bienestar, sino que debemos realizar nuestra tarea, en consagración que es nuestro mayor acto de obediencia a nuestro Señor.”

Es importante no quedarse en una resignación acerca de lo malo que son los perseguidores o con un sentimiento de conmiseración por los cristianos que sufren de distintas maneras por su fe en Cristo. Tampoco corresponde idealizar a los que sufren y mucho menos pensar que nosotros estamos exentos. Informarse de lo que sucede es el primer paso, hay muchas acciones concretas a favor de los que tienen fe pero no tienen libertad. Somos miembros de un cuerpo donde muchos de sus miembros padecen. Debemos actuar a favor de ellos. Hay mucho que puedes hacer.