Con base allí, los jóvenes que viajaron desde Buenos Aires, se sumaron a voluntarios locales para visitar a los habitantes de distintas comunidades vecinas, entre ellas la comunidad wichi, en pos de compartir valores cristianos, ayudando en las necesidades y acercando donaciones con medicamentos, zapatillas, golosinas y material bíblico provistos por ediciones Kairos y Cruzada a Cada Hogar. También hubo voluntarios del programa “Argentina Contá Conmigo”.
La experiencia del viaje fue coordinada por Mariano Moreno y Mariano Cardozo, quienes junto a Juan Pablo Tabares, miembro de la mesa directiva de la Juventud Evangélica Bautista Argentina (JEBA) y aportes en conjunto de Misiones Nacionales y Acción Comunitaria de Confeba, pudo concretarse con la logística propia en Miraflores.
La tarea fue intensa, ardua, pero la vitalidad de los visitantes hizo que fuera extraordinaria y que no se vislumbrara para nada el cansancio. Ya el mismo viernes 22, se dividieron en dos grupos: unos recorriendo el Lote 44 y otros el barrio sur en Miraflores. Unos adolescentes y jóvenes junto al pastor Mariano Corvalán, de la Iglesia local de La Familia, organizaron un pequeño campamento en Comandancia Frías, llevando hasta allí algunas mercaderías. Y el resto del contingente, en cercanías de Miraflores, junto al pastor Roberto Gil. Pero sin perder tiempo, comenzaron a recorrer distintos parajes fortaleciendo aspectos del trabajo social que se desarrolla en la zona por la comunidad evangélica como, por ejemplo, en la provisión de agua. Asimismo también sorprendieron a niños obsequiándoles golosinas y entregando más de 230 pares de zapatillas a estrenar, producto de donación de particulares.
Durante el fin de semana, los voluntarios estuvieron acompañados por integrantes de la asociación civil sin fines de lucro “Agua por vida”, Diego Suárez y Ruth De Gyldenfeldt (ingeniera química). Ambos tomaron distintas muestras de suelo y fauna, para analizar, y en un tiempo no muy lejano, presentar y desarrollar en los parajes del Impenetrable un proyecto para proveer agua a los lugareños.
Otro punto importante que brindaron los miembros de esta experiencia misionera impulsada por JEBA, fue la provisión de remedios destinados a una farmacia comunitaria de Miraflores, dependiente de la comunidad evangélica y a una sala de primeros auxilios. Se acercaron para poner a disposición de los habitantes de la zona, más de 10.000 comprimidos, distribuidos en antibióticos, medicina para combatir la deshidratación, otras destinadas a paliar tratamientos cardíacos y remedios para diabéticos. Asimismo se sumaron pomadas, cremas, spray nasales e inyectables, entre otros.
Un fin de semana que, seguramente será un antes y un después para muchos lugareños y para los jóvenes voluntarios. Tiempo de estar juntos, de tender una mano, de enseñar y aprender, y compartir el Evangelio.