Autora: Lis Milland
Editorial: LM Editorial Services
Páginas: 208
¿Se puede ser feliz a pesar de las traumáticas circunstancias que nos rodean? Partiendo de esta premisa y llevándola al contraste de lo que haría Jesús en cada situación, la autora, Lis Milland, quien cuenta con un doctorado en Consejería de la Universidad Interamericana, nos sumerge en un análisis profundo de la psicología de Jesús. ¿Qué pensaba? ¿Cuáles eran sus temores? ¿Tenía ansiedad? ¿Se sintió, alguna vez, deprimido, frustrado o molesto? Adentrarnos en su personalidad nos servirá como una guía para saber de qué manera actuar ante esas situaciones o sentimientos que nos abruman a diario.
En este hermoso libro se nos muestra que, saber atravesar distintas situaciones adversas, no es solo una cuestión espiritual sino también de actitud. Nosotros, como seres humanos, deberíamos reaccionar a lo que nos sucede como reaccionó Jesús siendo hombre.
En esta obra, entonces, la autora nos llevará por numerosos casos que ha tenido que atender en su consultorio como ejemplos claros de lo importante que resulta el hecho de “querer” cambiar tu vida y “hacer” que esos cambios sucedan.
Un punto interesante es que nos plantea una serie de ejercicios de introspección haciendo de esta lectura, no un mero acto pasivo, sino que lleva a uno a interactuar y a replantearse cuánto de la actitud de Cristo ponemos de manifiesto en nuestro diario vivir. Nos invita a que tomemos el control de nuestras emociones para que no sean ellas las que nos dominen. Nos alienta, también, a que seamos un agente transformador de nuestra realidad, es decir: no ser solo el espectador de la propia vida sino el verdadero protagonista: “¡Usa tú ese control que el Señor ha puesto en tus manos para cambiar tus estados anímicos y ser feliz! Es una decisión”.
A lo largo de los capítulos, Lis Milland, quien también posee una maestría en Trabajo Social de la Universidad de Puerto Rico, nos pone ejemplos de otros hombres de Dios que tuvieron que tomar la determinación de vencer la tristeza (o cualquier sentimiento que hubiese querido derrotarlos) y nos aconseja, desde su posición como especialista en la conducta humana, cuáles son los pasos que debemos seguir para manejar todo aquello que nos perjudica (tanto desde lo que nos acontece de forma externa hasta aquello que nos daña y que viene desde nuestro propio interior).
En cada capítulo vemos cómo se posiciona en una experiencia personal o cercana, luego la compara con alguna experiencia similar que haya vivido Jesús y analiza así su perfil psicológico.
Como un plus, nos comparte versículos de la Palabra que nos servirán de consuelo si atravesamos situaciones similares. También propone una oración y los ejercicios antes mencionados que harán de cada capítulo un maravilloso análisis de introspección, de sanación y de alivio emocional. Dejo algunas frases destacadas que me han gustado mucho: “Aunque hoy te encuentres de rodillas en tu Getsemaní, ese no es el final de la historia; para ti también llegará el día de gloria”, “Mucho antes de que naciera la psiquiatría, ya Jesús recetaba el desarrollar más el ‘ser’ y la confianza”, “El Dios que me cuida está obrando para mi bien, no siempre podré entenderlo pero sí creerlo”.
La ansiedad, el temor, la frustración, el dolor de la pérdida, una niñez dañada, el abandono, y los remordimientos; son algunos de los temas que toca esta autora y profesional de la salud entre sus páginas. Si crees que posees al menos uno de estos puntos, sin dudas, esta obra es para ti.
Al cerrar el libro, es inevitable sentir una sensación de alivio. A veces cargamos con mucho peso sobre nuestras espaldas porque no sabemos cómo administrar todo lo que nos sucede. No dudes en sumergirte entre sus páginas si es tu caso.